- El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, rechazó ayer la aprobación de una ley de pandemias porque, a su juicio, no facilitaría la aplicación de restricciones al no tener rango constitucional. Además, insistió en que las comunidades autónomas tienen herramientas legales “suficientes” para decretar sus propias medidas. Bolaños no se movió un ápice del discurso sostenido por Pedro Sánchez todos estos meses, a pesar de la nueva variante sudafricana y la corriente de comunidades autónomas que van a aplicar o han solicitado el pasaporte covid.
En declaraciones a Antena 3, aseguró que, si el Tribunal Constitucional declaró inconstitucional el estado de alarma para aplicar restricciones, una Ley de Pandemias no mejoraría “en absoluto” el marco legal. “Ímagínese con una Ley de Pandemias sin rango constitucional”, recalcó.
En ese sentido, se aferró a que existen herramientas “más que suficientes”, y destacó que el Gobierno español llevó a cabo reformas legales que han permitido que “en unos días” sentencias de los Tribunales Superiores de Justicia que son contrarias a medidas adoptadas por las comunidades autónomas se puedan aprobar gracias a la validación del Tribunal Supremo.
Al ser cuestionado sobre los días que se pierden entre que se pronuncia el TS, Bolaños insistió en que lo importante es que se llevó a cabo esa reforma para reducir los plazos y que, en esos días, las comunidades están poniendo en práctica esas herramientas legales. “Lo estamos haciendo bien como país, el Gobierno de España, el de las comunidades, el sistema nacional de salud... Somos ejemplo mundial de vacunación y las cifras son buenas en relación a los socios europeos y a los países de nuestro entorno”, defendió el ministro, quien aseguró que van a seguir en esa línea.
Finalmente, apostó por estar orgullosos como país respecto a la lucha contra la pandemia porque así lo reconocen fuera, según dijo, y las medidas que se están aplicando están sirviendo para salvar vidas. “A veces es más fácil que lo reconozcan fuera que dentro”, dijo el ministro para sacudirse las críticas que le han llovido al Gobierno español desde los ejecutivos vasco y catalán, pero también desde el PP en los últimos meses.