- La celebración el pasado jueves de la Comisión Mixta del Concierto Económico, de la que salieron importantes beneficios para Euskadi como la previsión de recaudar 220 millones de euros más merced a dos nuevas figuras impositivas, supuso un éxito de gestión del Gobierno de Iñigo Urkullu pero, al mismo tiempo, sacó a relucir una importante merma de Moncloa en la forma de entender la relación bilateral con el Ejecutivo vasco. Porque el acuerdo que posibilitó la convocatoria de dicha Comisión Mixta llegó en el último momento, en la antesala de la Conferencia de Presidentes autonómicos que tuvo lugar ayer en Salamanca, posibilitando así que el lehendakari decidiera acudir finalmente a esta cita. Por este motivo, Urkullu aprovechó su presencia en este cónclave para reclamar una “metodología clara” de la Conferencia de Presidentes en favor de una “gobernanza cooperativa” que respete el autogobierno “y los distintos ámbitos competenciales”.
Urkullu aprovechó su intervención en el encuentro celebrado en el convento de San Esteban de Salamanca para aludir al procedimiento de las reuniones de este foro, que “no está recogido ni en la Constitución ni en el Estatuto de Gernika”. Según su parecer, se trata de que estos encuentros “sirvan a una deliberación compartida, que hagan posible la interacción y, en su caso, los consensos, sin que ello suponga obviar a las instituciones con carácter decisorio”. Añadió que la principal carencia se produce en “lo relativo a su preparación previa o composición y, en concreto, a la celebración de su comité preparatorio”.
Urkullu recordó que la celebración del último comité preparatorio se remonta al 30 de enero de 2019 y entonces, el consejero Josu Erkoreka expresó, en nombre del Gobierno Vasco, su “preocupación por los déficits de esta metodología”. Propuso “que se cumpla el reglamento de esta Conferencia de Presidentes” y sugirió modificar su artículo 2.1 para definir esta cita como “un foro de diálogo, deliberación y reflexión compartida sobre cuestiones globales y estratégicas”. También llamó a evitar choques con “otros marcos de deliberación y decisión, como pueden ser los Consejos Interterritoriales, las Conferencias Sectoriales o las Cortes Generales, el Congreso y también el Senado”.
Según el lehendakari, en el citado encuentro de enero de 2019, la entonces ministra Meritxell Batet hizo “una defensa de la cooperación dentro del Estado sobre dos pilares: bilateralidad y multilateralidad”. El jefe del Ejecutivo vasco recogió este guante y defendió que “la bilateralidad y la multilateralidad necesitan plasmarse en su sentido contemplado en la propia Constitución y en los Estatutos de Autonomía, así como en contenidos, procedimientos y coordinación”.
Se trata, en su opinión, de que “la gobernanza cooperativa coordinada tenga rumbo concreto, una metodología clara, objetivos prácticos y reales, y junto a todo ello, un marco reconocible de toma de decisiones que respete el autogobierno y los ámbitos competenciales”.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, fue recibido en la Plaza Mayor de Salamanca entre abucheos y proclamas de “viva España unida”, mientras que el rey Felipe VI llegó entre aplausos de los ciudadanos que se colocaron en los aledaños, que también gritaron “viva el rey”, a lo que el monarca respondió girándose a saludar a los asistentes. También la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, fue recibida con aplausos por parte de varios ciudadanos.
Antes que Sánchez y el rey fueron llegando el resto de mandatarios autonómicos, miembros del Gobierno y otras autoridades del Estado como el presidente del Senado, Ander Gil, para participar en la Conferencia de Presidentes.