uando acaba de dejarnos Iñaki Aldekoa, las menciones sobre su figura política son y van a ser inevitablemente múltiples y muy diferentes. Entre otras razones, por la complejidad de su personalidad; pero también y sobre todo porque aún no habían visto la luz las “hojas”, que estaba preparando desde hace tiempo, según decía. Yo, que he coincidido y colaborado con él en muchos episodios muy diferentes, quiero aportar hoy algunos testimonios sueltos con el carácter de un primer reconocimiento. Iñaki, que sufrió prisión política en dos largas temporadas y en dos épocas muy diferentes, que sufrió tortura y persecuciones
Coincidimos las primeras veces en algunas de las “unidades de acción” de tiempos del franquismo, cuando el peso de los “maoístas”, “troskistas” y partido socialista del interior disputaba a ETA el liderazgo y la imagen de la oposición al régimen. Había que hacerse fuertes en la apuesta e impulsar la posible negociación política, pero prevaleció la denominada “reforma”, que consolidó las estructuras socioeconómicas e institucionales del franquismo.
Iñaki militó en ESB y llegó a ser su secretario general, mientras yo era militante de EHAS. A principios de 1977, en las iniciativas de Txiberta y Sokoa nos enrolamos en posturas diferentes, pero en el otoño de ese mismo año volvimos a coincidir en la conformación de la Mesa de Altsasu-Alsasua, junto con el resto de fuerzas de la izquierda abertzale, incluida la propia EIA (que ya estaba en EE) y que abandonó la Mesa de Altsasu-Alsasua. De la evolución y desarrollo de aquella Mesa se formaría luego Herri Batasuna, HB.
En las elecciones forales de 1979, que se hicieron por merindades, concurrió por la circunscripción de Iruña-capital y quedó a muy pocos votos de ser diputado, ejerciendo durante cuatro años de parlamentario foral, precisamente, cuando se debatieron las bases de la Lorafna. Sus intervenciones y sus aportaciones en aquel debate siguen teniendo actualidad.
Como miembro de HB fue el primero en ser elegido diputado a Cortes y los cinco diputados electos fueron a Madrid a intervenir en las “instituciones de la reforma”, sufriendo el tiroteo, en el que se dio muerte a Muguruza y fue herido Esnaola.
A finales de los 90 volveríamos a colaborar en la historia de Aralar y de Nafarroa Bai. Él sería juntero de Araba por Aralar y su postura resultaría decisoria para la designación del diputado general Agirre.
Iñaki Aldekoa, persona, personaje y amigo.