a singularidad de las primeras elecciones autonómicas catalanas que se celebran en medio de una epidemia, en un día lluvioso, en plenas fiestas (suspendidas) del Carnaval y en el día de San Valentín motivaron un sinfín de anécdotas y curiosidades. Estas son algunas.
Muchos votantes acudieron a votar bajo paraguas para protegerse de la lluvia, una contingencia que, aunque prevista por los meteorólogos, no propició que hubieran paragüeros en los colegios electorales, donde, además, no se podía dejar el paraguas porque en la mayoría se entraba por un sitio y se salía por otro, para evitar cruces de electores.
En muchas localidades donde más está arraigada la celebración del Carnaval, que ha quedado este año cercenada por la pandemia, algunos electores acudieron disfrazados a depositar su voto para aprovechar que sí se celebra la "fiesta de la democracia".
Un elector que depositó su voto en la escuela Ramón y Cajal de Terrassa (Barcelona) lo ha hecho vestido de Batman. En Solsona (Lleida), muchos electores fueron a votar vestidos con las tradicionales batas de su también tradicional y multitudinario carnaval. Pero quien más llamó la atención fue un tal Lugi, que se presentó para ser presidente en una mesa del colegio Tarragona de la capital tarraconense vestido de payaso, pero no para celebrar el Carnaval sino porque opina que "esto es un circo".
Unos de los votantes que más sorpresa se llevaron fueron los del colegio electoral Les Escoles de Sant Just Desvern (Barcelona) cuando vieron que el expresidente de la Generalitat José Montilla presidía una de las mesas donde depositar sus votos. El expresidente socialista catalán y exministro de Industria, de 65 años, había recibido la notificación de que era suplente en la mesa en la que le tocaba votar, pero, como no se presentó el presidente de mesa, asumió las funciones del ausente, una tarea probablemente más fácil e incluso menos arriesgada que la que tuvo que desempeñar al frente de la Generalitat.
Una anciana de 97 años acudió a primera hora a votar al mercado modernista de Sant Antoni de Barcelona, que por primera vez funcionó como colegio electoral y lo hizo ayudada de un caminador, expresando que tenía muchas ganas de votar y que espera poder hacerlo también dentro de cuatro años. "Soy el más viejo del barrio", dijo Joaquim, un abuelo de 99 años, que acudió con el voto preparado, acompañado por su hijo y su nieto y apoyado en dos muletas, al colegio Santa Dorotea, Barcelona.
Una de las paradojas que deparó la jornada es que a algunos no les sentó bien tener que ir a votar al Camp Nou. Algunos seguidores futboleros del Real Madrid les tocó depositar su voto en la mesa electoral ubicada en el Auditorio 1899 dentro del Camp Nou. "A mí me hace ilusión venir a votar aquí, pero acabo de hablar con uno que es del Real Madrid que no le hacía tanta", comentó uno de los electores del barrio de Les Corts de Barcelona que han ido al auditorio azulgrana.
Algo similar les ocurrió a algunos ateos y agnósticos, que hace años que no entraban en una iglesia, y que lo hicieron ayer porque en la nave central de la iglesia de Santa Bárbara de Súria (Barcelona) colocaron mesas de votación en los dos laterales y habilitado dos pasillos diferenciados, junto a las imágenes religiosas, para entrar y salir.
Una de las imágenes de la jornada será la de cinco chicas jóvenes, activistas de Femen, que enseñaron su torso desnudo y reivindicativo ante las puertas del colegio La Salle Bonanova de Barcelona donde votó el candidato de Vox, Ignacio Garriga. Las activistas llevaban escrito en tinta negra en sus pechos "fascistas fuera de las urnas".
El Colegio de Médicos de Barcelona se convirtió en colegio electoral con cuatro urnas, otra paradoja de la jornada teniendo en cuenta que el presidente de este colegio profesional, Jaume Padrós, era partidario de aplazar las elecciones.