- Josep Lluís Trapero se comprometió ayer a tender puentes desde la “humildad” con Policía, Guardia Civil y judicatura en su nueva etapa al frente de los Mossos, ya que dijo haber aprendido de los “errores” que cometió en otoño de 2017, cuando de celebró el referéndum del 1-O. “Todos lo podíamos haber hecho mejor, yo el primero”, señaló.
Así lo aseguró en su primera intervención pública, arropado por la cúpula del cuerpo y por el conseller de Interior, Miquel Sàmper, una vez restituido al frente de los Mossos d’Esquadra, tres años después de cesar en el cargo, en octubre de 2017, al aplicarse el artículo 155 y de que la Audiencia Nacional le haya absuelto en el juicio que afrontó por rebelión.
Trapero hizo autocrítica sobre su actuación en los meses claves del procés, en otoño de 2017, alegó que estos tres años alejado de la jefatura, en vez de hundirle, le han hecho crecer como persona, lo que mejorará su labor profesional, y resaltó que su absolución deja “aún más claro” la autonomía de los Mossos en el ámbito técnico y su dependencia de la autoridad judicial y de la Fiscalía cuando ejercen como policía judicial.
Según Trapero, los tres años apartado de la jefatura de los Mossos le han servido de aprendizaje para “no cometer los mismos errores” que en otoño de 2017 y mejorar sus relaciones con otras instituciones, como la Guardia Civil y la Policía, a cuyos máximos responsables en Catalunya llamó ayer para ponerse a su disposición, en los que ha encontrado “la mejor de las respuestas”. “Mi actitud es la de mano abierta, aprovechar lo que ya hemos hecho en el ámbito de normalizar las relaciones con los otros cuerpos e instituciones, y en la medida que pueda, mejorarlo. Y con esta disposición he llamado a los mandos de Guardia Civil y la Policía Nacional en Catalunya y a las instituciones como el TSJC y Fiscalía, con la mejor de las voluntades, desde la humildad, con una actitud de brazo tendido”, remarcó.
El mayor agradeció la labor llevada a cabo por los tres comisarios que han ocupado la jefatura de los Mossos en su ausencia, Ferran López, Miquel Esquius y Eduard Sallent, de los que destacó que han ido recuperando la confianza institucional que se resquebrajó en otoño de 2017, que ahora intentará mejorar. “No quedará por mi parte, dedicaré a ello todo mi trabajo y saber hacer”, aseguró.
Además, recordó que tanto en el Supremo como en la Audiencia Nacional entonó el “mea culpa” por cosas que hizo en 2017 y en las que cree que se había “equivocado”. “En algún momento, mi defensa de los Mossos no fue bien entendida, no ayudé a que se entendiera bien, lo que provocó que se complicaran las relaciones personales”, remarcó.
“Una persona al frente de 17.000 agentes tiene que velar más de lo que yo lo hice en aquellos días”
Mayor de los Mossos