- La subida a los montes vascos que organizó el PNV durante la campaña electoral pretendía reflejar la dureza del reto que tendría por delante el próximo Gobierno Vasco, y la ruta va a resultar ser tan escarpada como se preveía, o incluso más. Un desafío extremo. En el transcurso de la jornada de ayer quedó patente lo complicado que será convivir con el coronavirus, y se anunció que el lehendakari recuperará el lunes la declaración de emergencia sanitaria, habrá restricciones en el ocio, y en el horizonte se divisa la patata caliente de la vuelta al colegio, las tensiones con los hosteleros y la lucha contra el desempleo. La segunda oleada que se preveía para otoño se ha adelantado al verano. En paralelo, el marcaje de la oposición ha comenzado antes incluso de que se materialice la investidura del jeltzale Iñigo Urkullu como lehendakari para afrontar un tercer mandato con el apoyo del PSE, y se prevé una legislatura tensa, aunque también ha habido acuerdos como el forjado para la composición de la Mesa del Parlamento entre PNV, PSE y Elkarrekin Podemos. Además, a favor de jeltzales y socialistas computa la mayoría absoluta que esta vez sí sumarían entre los dos partidos y que les garantiza la estabilidad en el Parlamento. Los grupos no podrían tumbar sus Presupuestos ni obligarlos a decretar una prórroga de las Cuentas, y su capacidad de marcaje a los consejeros hasta provocar su cese, como sucedió con el exresponsable de Salud, Jon Darpón, es limitada.
EH Bildu lleva días tratando de proyectar que Urkullu está desaparecido y pide que se ponga el "buzo" de trabajo, aunque la crítica ha quedado desactivada con la declaración de emergencia. Su portavoz Maddalen Iriarte insistirá en la gestión del virus con mesas de distintos agentes, y articulará una alternativa desde "la calle", lo que anticipa confrontación con el PNV. Los ánimos ya están caldeados porque entiende que se ha buscado su perjuicio en el reparto de la Mesa. Elkarrekin Podemos-IU, por su parte, acaba de registrar en el Parlamento una iniciativa para crear una comisión de investigación sobre el derrumbe del vertedero de Zaldibar, y para que el Gobierno Vasco ponga a disposición de los grupos toda la documentación previa a la catástrofe y la posterior, además de debatir una ley de residuos.
PP+C's acusó ayer al lehendakari en funciones de improvisar ante el virus. Carlos Iturgaiz dijo que "juega al escondite y a lanzar globos sonda" y que su "oasis vasco es un espejismo". Por otro lado, ha registrado una iniciativa parlamentaria para crear una ponencia que reforme el reglamento de la Cámara, que se prevé que sea uno de sus caballos de batalla en la legislatura. Quiere que se revise la labor de la Diputación Permanente para asegurar el control al Gobierno cuando el Parlamento se encuentre disuelto por más tiempo del previsto (como sucedió tras la suspensión de las elecciones). Plantea igualmente que se regule el voto delegado (solo se permite hasta ahora por maternidad o paternidad, y no por contraer el coronavirus) y poner en marcha plenos telemáticos, por videoconferencia. Es un debate que está sobre la mesa ante la dureza de la pandemia y las restricciones que comienzan a aplicarse ya a las reuniones sociales de más de diez personas, aunque otro ámbito distinto es el puesto de trabajo y el caso concreto del Parlamento, que de momento salva el trance con las pantallas de metacrilato entre escaños. Pero el virus añade incertidumbre y sobrevuelan limitaciones de aforo.
Más allá del habitual marcaje político, se prevén momentos de crispación por parte de la única parlamentaria de Vox, Amaia Martínez. Aunque el Parlamento ha ajustado sus turnos y el cupo de iniciativas para que no estén sobredimensionados y se correspondan con su escaso peso electoral, de manera que no pueda condicionar la agenda, sigue dando titulares. Lo hace acompañada por el líder del partido, Santiago Abascal, quien ha recuperado el lenguaje de épocas pasadas al asegurar que han amordazado a Vox y se han puesto en marcha "las mismas prácticas totalitarias que acompañaban con plomo, pero ahora con el apoyo del PSE". "En esta obsesión anti Vox se abrazan PSOE y ETA", lanzó. La ultraderecha cree haber encontrado un filón por la lectura que se ha hecho desde algunos medios españoles, y recurrirá al Tribunal Constitucional aunque las decisiones tengan soporte reglamentario. Antes debe agotar las vías, y por ello presentó un recurso de reconsideración a la Mesa del Parlamento.
En este contexto, el PNV comienza a lanzar los primeros mensajes para apretar en la negociación con los socialistas y, aunque la investidura esté prevista para el 3 de septiembre, quiere que el acuerdo esté listo para el 28 de agosto, cuando finaliza el plazo para registrar las candidaturas. El PSE asume que habrá que pisar el acelerador a finales de este mes. La idea es poner en marcha cuanto antes el nuevo gobierno, que celebraría su primera reunión el 8 de septiembre, aunque en puridad la gestión no se ha paralizado con el gabinete en funciones.
El Gobierno Vasco tendrá que lidiar con el curso escolar, que genera preocupación entre las familias y movimientos de recogida de firmas para que se acometa de manera segura. Otro frente abierto con carácter inmediato es la lucha contra el desempleo y la pelea con el Gobierno español para ensanchar los límites de deuda y déficit y que permitan cubrir la pérdida de ingresos por la caída de la recaudación de impuestos. En septiembre se reunirá la Comisión Mixta del Concierto Económico. Por ahora, se han acordado las metas para este año, del 2,6% de déficit frente al 0% previsto inicialmente, y del 15,9% de deuda. En paralelo, el Gobierno Vasco quiere encauzar la financiación de 50 proyectos a cargo de los fondos europeos con Madrid, y tiene pendiente una reunión para reajustar el calendario de transferencias. La siguiente remesa, que incluye las prisiones, debería abordarse en septiembre.
La asociación por los derechos de los presos, Sare, trasladó ayer su preocupación por la situación de los reclusos con una cadena humana en Donostia, para pedir su acercamiento y que se flexibilice su situación en las cárceles. La iniciativa partió del Peine del Viento y la Paloma de la Paz.
Maddalen Iriarte cree que el lehendakari en funciones está desaparecido y pide que se ponga "el buzo". EH Bildu pide que se reúna con agentes sociales, económicos y políticos para buscar una respuesta a la pandemia del coronavirus. En paralelo, la coalición abertzale ha llevado a cabo una ronda con sindicatos para articular una alternativa desde la calle, que anticipa una legislatura de confrontación de modelos con el PNV.
Elkarrekin Podemos-IU, liderada por Miren Gorrotxategi en el Parlamento, quiere activar en el Parlamento Vasco el debate sobre la vuelta al colegio en plena pandemia, y ha pedido también una comisión de investigación sobre el derrumbe del vertedero de Zaldibar. Además, en una clave más estatal, también planteará suprimir todas las alusiones a la monarquía a raíz de la operación salida del rey emérito Juan Carlos I.
PP+C's acusa a Urkullu de improvisar y lanzar globos sonda con la emergencia sanitaria en la gestión de esta crisis. Además, ha registrado una propuesta parlamentaria para reformar el reglamento, regular las funciones de la Diputación Permanente, ampliar la opción del voto delegado y estudiar las vías para celebrar plenos telemáticos, por videoconferencia, en la pandemia del coronavirus.
El Parlamento Vasco ha llegado a un acuerdo para ajustar la presencia de Vox en la Cámara a su escaso peso electoral e impedirá que marque la agenda con un solo escaño. El partido de ultraderecha está agitando este debate, va a acudir al Tribunal Constitucional y, con la cobertura de su líder Santiago Abascal, recupera discursos de crispación del pasado comparando lo sucedido con ETA y el plomo.