- La cuenta atrás está a punto de comenzar. Cuando se registren hoy los 31 representantes del PNV en el Parlamento Vasco, que superan el tercio de actas exigido para poner en marcha los engranajes de la legislatura, comenzará a correr el plazo de quince días para celebrar la sesión de constitución de la Cámara. Esa primera sesión suele servir para tomar la temperatura a la relación entre los partidos y a la negociación de la investidura, porque allí se materializan los primeros acuerdos para constituir la Mesa del Parlamento, el órgano de gobierno que se encarga de ordenar el debate y tramitar las iniciativas de los grupos. En esa sesión, que podría tener lugar el lunes 3 de agosto, se perfila como resultado una mesa muy similar, si no idéntica, a la que ha regido durante la última legislatura.
Se da por hecho que la jeltzale Bakartxo Tejeria repetirá por tercera legislatura consecutiva como presidenta. El PNV aspira a mantener un segundo asiento y, si avanza el pacto con los socialistas, cederá votos al PSE para que retenga también el suyo, de manera que ambos socios se aseguren el control del órgano con tres escaños sobre el total de cinco en esa Mesa. Esa suma ya la atesoraban en la anterior legislatura, y en ámbitos jeltzales creen que, con mayor motivo, deben mantenerla ahora que sí tienen esa mayoría absoluta en el pleno, al contrario de lo que sucedía en la anterior etapa. El PSE tiene con claridad el derecho a participar en la Mesa, más si cabe que en la anterior legislatura, porque ahora es la tercera fuerza. A partir de ahí, si EH Bildu se limita a votar a sus propios candidatos, podría aspirar a los otros dos puestos y así quedaría zanjada la composición. Sin embargo, es un ejercicio habitual que tenga algún gesto con Elkarrekin Podemos para dar cabida a los morados. El PP, esta vez en coalición con C's, tiene todas las papeletas para volver a quedar fuera. A su exiguo resultado electoral se le suma el deterioro de sus relaciones con todos los partidos. La posibilidad de que ese puesto se lo llevara C's, además, contribuye a ahuyentar a todos los grupos.
La Mesa la componen la presidencia (hasta la fecha, Bakartxo Tejeria), dos vicepresidencias (la primera la ocupa Eba Blanco, de EH Bildu; y la segunda, Txarli Prieto, del PSE), y dos secretarías (el jeltzale Iñigo Iturrate, y Cristina Macazaga, de Elkarrekin Podemos, ya retirada de la primera línea tras la dimisión en bloque del equipo de Lander Martínez). Para conformar la mesa se realizan tres votaciones. En el caso de la presidencia, se impone quien logre mayoría absoluta o el mayor número de escaños. En caso de empate, prevalece quien hubiera logrado un mayor número de votos en las elecciones. El PNV propondrá a Bakartxo Tejeria, que tiene la elección garantizada aun en el supuesto de que EH Bildu y Elkarrekin Podemos quisieran disputarle el puesto sumando los votos.
Las dos vicepresidencias se votan en una misma tanda, al mismo tiempo. Si se siguiera el esquema de 2016, EH Bildu tendría garantizado un puesto con sus 21 votos, y el PNV podría ceder el restante a los socialistas. Por el sistema de voto, al someter a sufragio los dos puestos a la vez, es imposible que un mismo partido opte a las dos vicepresidencias porque tiene que dividir sus apoyos entre dos nombres y se vería superado por otros grupos, salvo que hubiera un acuerdo. Por la misma razón, sería complicado que PNV y PSE, o EH Bildu y Elkarrekin Podemos, optaran como un pack a los dos puestos de una misma tanda.
Las secretarías también se votan de manera simultánea. Iñigo Iturrate no da por hecho que vaya a repetir y remite a la decisión que tome la ejecutiva del PNV. Podría suceder que EH Bildu optara a una de las dos secretarías, o que se la ceda a Elkarrekin Podemos. La coalición morada ha quedado más debilitada al bajar de once representantes hasta seis, mientras que EH Bildu se ha reforzado con tres escaños más. Ese dato puede añadir incertidumbre. Quien no puede aferrarse a ninguna esperanza es el PP. Empata a escaños con Elkarrekin Podemos-IU y podría esgrimir que tiene el mismo derecho a entrar, pero juegan en su contra los 12.000 votos en que le aventaja la coalición de izquierdas y su limitada capacidad de pacto. Vox, con un escaño y postulados de ultraderecha, no cuenta para nadie.
La constitución del Parlamento permitirá que se recupere la normalidad. La Diputación Permanente, un órgano reducido con funciones acotadas, lleva funcionando desde la convocatoria de las elecciones del 5 de abril, que tuvieron que suspenderse por el coronavirus. La celeridad en arrancar el Parlamento obedece a la pretensión de que la investidura llegue rápido, a finales de agosto o principios de septiembre. Tras el pleno de constitución, quedará el de incompatibilidades.
Composición actual. La Mesa la preside la jeltzale Bakartxo Tejeria, seguida por la vicepresidencia primera de Eba Blanco (EH Bildu) y la segunda de Txarli Prieto (PSE). Las dos secretarías las ocupan el jeltzale Iñigo Iturrate, y Cristina Macazaga, de Elkarrekin Podemos.
Votación. Son tres procedimientos. La presidencia se la lleva quien obtenga mayoría absoluta o sea el más votado. Tejeria lo tiene garantizado. Las dos vicepresidencias se votan de manera simultánea en otra votación, y las dos secretarías en una tercera tanda al margen. Se perfila una Mesa con dos miembros del PNV, uno del PSE, y quizás dos de EH Bildu o uno para la coalición y otro cedido a Elkarrekin Podemos.
Plazos. El plazo para la sesión de constitución arranca hoy, cuando se acrediten los 31 electos del PNV. Se espera que se celebre el 3 de agosto.