- Los excompañeros de Carme Forcadell en la Mesa del Parlament alegaron ayer que su objetivo cuando no vetaron la tramitación de las leyes del procés no fue desobedecer al Constitucional, sino proteger a los diputados y su libertad de expresión, amparados por su inviolabilidad. Así lo defendieron en la primera sesión del juicio en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) a los exmiembros de la Mesa Anna Simó (ERC), Ramona Barrufet, Lluís Corominas y Lluís Guinó (JxSí), y la exdiputada de la CUP Mireia Boya, para quienes la Fiscalía pide un año y ocho meses de inhabilitación por desobedecer al Constitucional. El juicio arrancó después de que el TSJC rechazara la solicitud de nulidad planteado por las defensas. Según el tribunal juzgar a los exmiembtos de la Mesa del Parlamente no supone vulnerar su derecho a la inviolabilidad parlamentaria.
El vicepresidente primero del Parlament en la anterior legislatura, Lluís Corominas (PDeCAT), aseguró, a preguntas de su abogada, que no tuvo intención de desoír los requerimientos del Tribunal Constitucional, sino que únicamente le guió el propósito de “permitir el debate, proteger los derechos de los diputados” y dar voz a todos los grupos, por lo que en ningún caso creyeron estar desobedeciendo.
En la misma línea, la exsecretaria primera Anna Simó (ERC) remarcó que a la hora de decidir en la Mesa si se aceptaban a trámite iniciativas para que se discutieran y votaran en el pleno se limitaban a comprobar si cumplían los requisitos formales, sin entrar en el contenido. Este criterio solo tenía dos excepciones, en las resoluciones posteriores a los debates de política general, en que debían comprobar que se adecuaban a las propuestas que se habían discutido en la sesión, y en las Iniciativas Legislativas Populares (ILP), en las que su misión también incluye comprobar si el contenido se adecúa a lo establecido en las normas, según Corominas y Simó.
Por este motivo, Simó insistió que entendió que no tenía que entrar en el contenido de las resoluciones que la Mesa admitió a trámite en la etapa del procés y que su función se limitaba a velar por el respeto de los derechos de los diputados, la libertad de expresión y la iniciativa política.
Por su parte, Ramona Barrufet, exmiembro de la Mesa por JxSí, aseguró que “ni yo ni ningún miembro de la Mesa tuvimos ninguna intención de desobedecer al TC, en ningún momento”.
La expresidenta del Parlament Carme Forcadell criticó el juicio al que calificó de “injusto”. Forcadell lamentó en un tuit no poder acompañarlos: “Pero estaré con ellos de corazón”. “Orgullosa de haber compartido Mesa y legislatura con ellos”, añadía la expresidenta del Parlament.