madrid - Los planes en materia de política migratoria que tiene previsto impulsar el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, han generado las primeras tensiones en el seno del Gobierno de coalición, ya que Unidas Podemos dejó ver su rechazo al considerar que no cumplen con el programa acordado, según fuentes del grupo confederal.

Se trata, por un lado, de la ley de asilo que está preparando el Ministerio del Interior y que supondrá un endurecimiento de las condiciones para que los migrantes soliciten protección y, por otro, del acatamiento por parte del Ministerio del Interior de la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que avala las devoluciones en caliente. En concreto, Unidas Podemos cree que “apostar por endurecer la ley contra las personas que vienen a trabajar a nuestro país huyendo del hambre y de la guerra o elogiar sentencias que avalan la violación de sus derechos humanos” es “lo contrario” de lo que figura en el acuerdo de gobierno de coalición que firmaron con el PSOE.

Además, las fuentes consultadas del grupo confederal estiman que estas políticas son también “lo contrario” de lo que desean “la inmensa mayoría” de los votantes, no solo de Unidas Podemos sino también del PSOE.

Por todo ello, el partido de Pablo Iglesias espera que el Ministerio del Interior aclare cuanto antes lo que, de momento, califican de “malentendido”. No obstante, al mismo tiempo los morados no esconden el malestar que les generan estas líneas de actuación que tiene previsto poner en marcha Marlaska pese a que Podemos y sus socios asumieron a su llegada al Ejecutivo con el PSOE que su nueva función como partido de gobierno les acarrearía contradicciones y les obligaría a tragar algunos “sapos”.