barcelona - El exdirector de los Mossos Albert Batlle, que dimitió meses antes de la celebración del referéndum independentista del 1 de octubre de 2017 por su "incomodidad" con la deriva independentista, aseguró ayer que a parte del soberanismo le pareció "una puñalada trapera" el nombramiento de Josep Lluís Trapero como comisario jefe del cuerpo.
Batlle declaró en el juicio de la Audiencia Nacional a Trapero y a la cúpula de los Mossos d'Esquadra por su actuación en el referéndum del 1-O y explicó que decidió nombrar major a Trapero porque creía que había un "vacío" en el cuerpo, una vez que la policía autonómica ya se había desplegado totalmente en Catalunya. "Estábamos en un buen momento; los Mossos habían hecho un buen trabajo", enfatizó, por lo que creyó "oportuno" recuperar la figura de major, vacante desde 2007, ya que no entendía por qué no se había cubierto antes.
Igual que ya hiciera en el juicio del procés en el Tribunal Supremo, Batlle explicó que decidió dimitir cuando lo hizo su jefe político, que fue sustituido por Joaquim Forn. Batlle alegó motivos personales, familiares y profesionales, pero sobre todo la "incomodidad" por la situación que se estaba produciendo en Catalunya y que "se ha ido prolongando en el tiempo". Cuando dimitió, Batlle estaba convencido de que los Mossos, "como siempre", seguirían cumpliendo con las normas y de que Trapero, que tenía "una gran autoridad en el conjunto del cuerpo", también lo haría".