barcelona - La sesión de control al president aireó ayer de nuevo las diferencias entre ERC y JxCat, redobladas por la polémica sobre la presencia de un mediador internacional en la mesa de diálogo entre gobiernos. Quim Torra recalcó que esta figura es una decisión respaldada por el Parlament que debe respetarse y que, si el Gobierno español lo veta, consultará de nuevo a la Cámara catalana sobre el devenir de esas conversaciones. El portavoz de los republicanos, Sergi Sabrià, reclamó persistir el diálogo con el Estado “sin excusas que, a pesar de parecer coherentes, parecen a veces esconder la intención de hacerlo imposible”, a lo que Torra replicó: “No es el president quien pide un mediador, es el Parlament quien lo ha hecho. Esta es la clave de todo”. Y añadió: “El diálogo en sí mismo no tiene sentido. Solo lo tiene cuando hay un objetivo porque si no corremos el riesgo de banalizar esa palabra. Necesitamos método, objetivo y garantías para que pueda ser y pueda producir frutos”.
En este complejo escenario en el seno del mundo independentista, ERC reclama un “papel estratégico” para los líderes de los dos socios del Govern, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras. Al hilo de la probable composición de la mesa de negociación entre gobiernos, además de la presencia del vicepresident Pere Aragonès y del vicepresidente segundo del Ejecutivo de coalición, Pablo Iglesias; Sabriá aludió a los dos máximos líderes de la Generalitat en los momentos más tensos del procés. “Oriol Junqueras, Carles Puigdemont o Marta Rovira siguen siendo nuestros líderes políticos y han de tener un papel estratégico”, sentenció, absteniéndose de definir ese papel ni cómo participarían en la mesa, en tanto que se encuentran en la cárcel o en el exilio. Antes de que arranque ese foro habrá que acordar sus representantes y, a partir de ahí, “si las cosas avanzan, podremos hablar de otras cosas”.
Esquerra reconoció que no hay ninguna garantía de que el diálogo salga bien, pero instó a aprovechar todos los resquicios. “Ahora que hemos forzado al Estado a sentarse no le podemos regalar ni nuestras debilidades ni reproches ni dudas. Lo tenemos que hacer juntos porque juntos somos más fuertes”, valoró Sabrià, quien aludió a las grietas entre los socios del Ejecutivo catalán al llamar a evitar reproches estériles entre los independentistas. “Sumemos y dejemos de dividir, somos compañeros de viaje”, alertó, además de asegurar que a ERC no les importan “los votos en juego” y que están dispuestos a asumir el “desgaste”. El responsable de JxCat, Albert Batet, avisó de que, cumpliendo el mandato del Parlament, su grupo considera que “el mediador independiente es fundamental” a raíz de la desconfianza hacia Madrid. “Ni cumplen la palabra dada ni abandonan la deriva autoritaria”, censuró.
Otra cosa es la opinión que tiene los republicanos sobre la desobediencia y la vía unilateral. Sabrià puso como ejemplo de la inutilidad de esta estrategia el caso de la pancarta del Palau que mantuvo Torra y que le llevó a la inhabilitación: ”No sé si tiene sentido colgar una pancarta durante cinco días, acabar sacándola y que esto te lleve a la inhabilitación (...). Las cosas que no tienen sentido para acercarte a la independencia no sé si las tenemos que hacer. Yo creo que no”. Por el contrario, Sabrià cree que hay que “desobedecer cuando esto te lleve a ganar”, de manera que la desobediencia “te tiene que aportar más victorias que derrotas” para que sea fructífera.