Madrid - La Sala que ha juzgado el procés en el Tribunal Supremo denegó ayer a Oriol Junqueras el permiso para abandonar la prisión de Soto del Real (Madrid) el próximo lunes con el fin de acudir ante la Junta Electoral Central y jurar su cargo de eurodiputado. El tribunal cree que su desplazamiento a Bruselas pondría en un “irreversible peligro los fines del proceso penal” e impide así que el líder de ERC ejerza el cargo para el que fue elegido el pasado 26 de junio. Todo ello a pesar de que el nombre de Junqueras ya ha sido publicado en el BOE como europarlamentario electo y la Abogacía del Estado se mostraba dispuesta a que pudiera acudir a la capital belga.
En su auto, los siete magistrados que el pasado miércoles dejaron visto para sentencia el juicio del procés hacen una ponderación entre el derecho de participación política de Junqueras y su libertad personal. Concluyen que la suspensión del primero de estos derechos en el momento actual -cuando acaba de comenzar la deliberación de la sentencia- no es “irreversible” sino temporal, es decir, no es más que un aplazamiento hasta que “desaparezcan los obstáculos que impiden el efecto adquisitivo de la condición parlamentaria”.
El Supremo considera que la autorización que ha solicitado para comparecer ante la Junta Electoral Central supondría la puesta en marcha de un trámite que culminaría con un doble efecto: “de una parte, si lo que se pretende es dar prioridad a la condición de parlamentario europeo, la necesidad de renunciar a la condición, ya adquirida, de miembro de las Cortes Generales españolas; de otra, el obligado traslado del señor Junqueras a Bruselas -sede del Parlamento Europeo- para la toma de posesión de ese órgano parlamentario”.
Ese desplazamiento de Junqueras a Bruselas es el que en opinión de los magistrados supone un riesgo para el proceso penal pendiente de sentencia. Según el tribunal, el viaje pondría “en un irreversible peligro” los fines del juicio. “Implicaría de entrada, la pérdida del control jurisdiccional sobre la medida cautelar que le afecta y ello desde el instante mismo en que el acusado abandonara el territorio español”, argumenta el auto.
El tribunal resalta además en la sentencia que Bruselas es el lugar en el que “uno de los procesados en rebeldía”, en referencia a Carles Puigdemont, “dice haber instalado la sede del gobierno de la república catalana en el exilio, cuya presidencia él encarnaría, y así lo publicita en la web y en todos los encuentros personales que mantiene con líderes políticos”.
La defensa de Oriol Junqueras ya ha anunciado que interpondrá un suplicatorio ante el Supremo. Mientras tanto, se sucedieron las reacciones a la decisión en el plano político. Uno de los primeros en criticar el auto del tribunal fue el propio Puigdemont, que consideró “una vergüenza y una injusticia” que el presidente de ERC no pueda acudir a Bruselas a recoger el acta. “Es la demostración descarada de la arbitrariedad y la manipulación de la justicia para conseguir alterar los resultados electorales. Junqueras ganó su escaño por los votos de los ciudadanos. Y sus derechos no pueden ser vulnerados”, sostuvo en un mensaje en su perfil de Twitter.
“poder salvaje” Uno de los más duros en el tono fue el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, que llamó a los magistrados del Supremo “salvadores de la patria” y “ultranacionalistas”. En su valoración, acusó a los jueces de ser un poder “salvaje” y “descontrolado” que atenta contra la democracia. “¿Pueden unos cuantos jueces, llenos de la soberbia de su casta, decir quién puede ser elegido y quién no en unas elecciones, torturando la ley hasta que salga lo que desean sus conciencias ultranacionalistas? En España parece que sí”, lamentó Garzón. Según el coordinador federal de IU, lo único que consigue el Tribunal Supremo es “destruir la democracia al invadir continuamente el espacio legislativo”.
Finalmente, el PNV también criticó la decisión del TS, que tildó de “inaceptable”. “Es increíble en un Estado que presume ser de derecho”, escribió su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, en las redes sociales.