Bilbao - El principal valor de la victoria obtenida por los jeltzales en las generales es su triunfo incontestable frente al discurso del voto útil agitado por los socialistas. El PNV ha ganado en votos y escaños a una cómoda distancia del PSE, y se ha impuesto por primera vez en Araba en unas generales. Los jeltzales han movilizado 400.000 votos, en parámetros similares a momentos críticos de especial movilización en el mundo abertzale. A nivel interno, el PNV compara lo sucedido con la amenaza que supusieron a nivel autonómico Oreja y Terreros en 2001, cuando se presentaron a las elecciones vascas con un mensaje que apostaba por desalojar a los jeltzales de las instituciones. “Ha habido un voto en clave de respuesta a una amenaza”, explicaron desde el EBB tras la reunión semanal. Creen que esa amenaza explica la subida del PNV y Bildu, pero sobre todo la jeltzale “en mayor medida”, por el acuerdo del Cupo y las pensiones.

Teniendo en cuenta que las generales son las elecciones más propicias para el PSE, lo conseguido no responde a las expectativas. Era el PNV quien jugaba con todo en contra y se ha impuesto por 150.000 votos de diferencia y dos escaños, por la respuesta vasca a una campaña que amenazaba el autogobierno desde las tres derechas, y un hipotético pacto PSOE-C’s. El PNV cree que se ha votado “en clave de país”.

El PNV ha desactivado la ola que pretendía generar el PSE, y que hubiera supuesto un contratiempo con vistas a las elecciones municipales y forales del 26 de mayo. Una hipotética movilización masiva del socialismo por encima del PNV hubiera dejado en el alambre algunas plazas emblemáticas en Bizkaia y hubiera colocado al PSE en una posición de mayor fuerza y exigencia a la hora de negociar eventualmente la reedición de sus pactos de gobierno tras los comicios. En el caso vizcaíno, donde la pugna se preveía ajustada, el PSE ha logrado lo previsible: ha ganado en Barakaldo, Sestao, Portugalete y Ermua, donde no es extraño que se vote en clave socialista en unas generales. Los dos últimos son feudos gobernados por el PSE, mientras los dos primeros son municipios del PNV. En Barakaldo, la pugna será intensa. - M. V.