Me he molestado en buscar en una frase de alguien que me ayudara a comenzar este artículo tras lo vivido y escuchado hace dos noches en el debate electoral de Televisión Española. Y, será por la alienación de los planetas o yo qué sé qué, que me he topado con esta del hoy expresidente José María Aznar reconvertido en ariete de Pablo Casado para frenar a Santiago Abascal en el liderazgo de quién representa mejor al español de raza y casta: “Siempre he dicho -dejó sentenciado el autorenunciado presidente de honor del PP-: Cuando vayas avanzando procura que cada vez veas a más gente siguiéndote”. A costa de lo que sea, añadiría yo tras escuchar, perpleja, indignada y asqueada, cómo Cayetana Álvarez de Toledo venía a decir que el silencio puede traducirse como un sí de consentimiento en una agresión sexual.
Me quedo para mí mi opinión como mujer de estas palabras y vuelvo a la frase de Aznar para tratar de dar luz a la caótica estrategia electoral del PP. Porque, si no es por el nerviosismo de ver que se le van los fieles a otros caladeros, no se alcanza a entender esta perla y otras, como la del propio Casado hablando de recurrir a la Ley de Partidos para ilegalizar la kale borroka. No tiene pase.
Pero vuelvo al debate porque, además de la altanería de la lamentable protagonista de la jornada, carente de argumento y propuestas políticas más allá del insulto y ataque al presidente Sánchez, lamento el silencio ante esas palabras de Inés Arrimadas, la portavoz de Ciudadanos. Me dicen que la postura de la segunda de Albert Rivera no es ficticia, que ella es así, con lo que concluyo, por otra parte, que su desconocimiento en lo que respecta a Euskadi no va a pasar más allá de hablar de cuponazo vasco y privilegios, incluso teniendo junto a ella al jeltzale Aitor Esteban, que no cayó en la provocación y mantuvo la necesidad de defender el autogobierno vasco pese a quien le pese.
Nos quedan más debates porque, a la hora de escribir estas líneas, parece que también finalmente habrá en TVE uno con los principales candidatos y el previsto en una privada, a pesar del impedimento de la Junta Electoral de que esté presente en ambos Abascal. No te preocupes “chaval”, le diría yo parafraseando a Arrimadas al dirigirse al más puro estilo poligonero a Gabriel Rufián. Seguro que, aunque no de cuerpo presente, alguien se encargará de que Vox también esté en ambas citas. Ya me lo contarán.