MADRID - Seis nuevos testigos de la agresión a dos guardias civiles y sus respectivas parejas en Altsasu la noche del 15 de octubre de 2016 desvincularon de los hechos a dos de los ocho jóvenes condenados durante la vista de apelación celebrada ayer en la Audiencia Nacional. La declaración de estos testigos fue propuesta por las defensas de Julen Goikoetxea y Jon Ander Cob, ambos condenados desde el pasado junio a nueve años de cárcel, e indicaron que el primero estuvo esa noche en el bar Koxka de Altsasu, pero que no le vieron agredir, y que el segundo no estuvo.
Todos los testimonios fueron en la misma línea, incluido el de una joven que se presentó como amiga de María José N. C., la novia del teniente de la Guardia Civil, que también fue agredida. Según destacaron las defensas de los acusados, esta declaración está en línea de la que ya prestó otro testigo durante el juicio del año pasado, Kennett Paulette, quien también dijo ser amigo de la joven.
La testigo reconoció que la noche de los hechos, en un momento dado, vio al teniente tendido en el suelo y a María José agachada ayudándole y asustada, pero quiso dejar claro que no vio a Julen Goicoechea pegar a nadie ni empujar, aunque sí estuvo en el bar, y que a Jon Ander Cob no le vio por allí.
El fiscal, José Perals, negó que haya ningún tipo de “montaje policial” en esta causa, por lo que sigue pidiendo la condena por agresiones terroristas -lo que podría elevar las penas a 50 años-, ya que, tal y como ya dijo en el juicio, los acusados son “herederos” de las ideas y la estrategia de ETA y que llevó a las “peores atrocidades” cometidas durante medio siglo. - DNA