- Mientras decenas de manifestantes trataban de cortar la Diagonal, Quim Torra y Pedro Sánchez celebraron la cumbre entre ambos gobiernos, sellada con una fotografía entre los miembros de sendos Ejecutivos, que concluyó con un comunicado conjunto donde reconocían la existencia de un “conflicto” en Catalunya, compartiendo “por encima de todo la apuesta por el diálogo efectivo”, incluida la seguridad jurídica, y el emplazamiento a una futura reunión el próximo enero entre ambos gabinetes. Minutos antes de la reunión, que arrancó a las 19.15 horas en el Palacio de Pedralbes y finalizó a las 20.40 horas, desde el Govern y Moncloa mantuvieron sus diferencias sobre el relato del formato del encuentro. Paralelamente a que ambos presidentes se vieran las caras, la vicepresidenta de Gobierno español, Carmen Calvo, y la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, mantuvieron una mesa de trabajo con el vicepresident, Pere Aragonés, y la consellera de Presidencia y Portavoz, Elsa Artadi, en una sala aparte. Y finalmente se produjo una vista entre los seis dirigentes. Pero Torra consiguió lo más importante: que Sánchez le recibiera como jefe de Estado y una instantánea final en la que quedó remarcado el carácter de bilateralidad.
Aunque mantuvieron sus notables diferencias sobre el “origen, naturaleza y vías de resolución” del citado conflicto, en la nota conjunta se recoge la necesidad de “vehicular una propuesta política que cuente con un amplio apoyo en la sociedad catalana”. “Por ello, y con el objetivo de garantizar una solución, deben seguir potenciándose los espacios de diálogo que permitan atender las necesidades de la sociedad y avanzar en una respuesta democrática a las demandas de la ciudadanía de Catalunya, en el marco de la seguridad jurídica”, notificaron. “La vía del diálogo requerirá del esfuerzo de todas las instituciones, de los actores políticos y de la ciudadanía. Ambos gobiernos se comprometen a trabajar por hacerlo posible, zanjaron en el comunicado.
Artadi explicó posteriormente que Torra expresó a Sánchez la obligatoriedad de “dar una respuesta democrática y de respetar los derechos de la ciudadanía, así como de una regeneración democrática e institucional que tiene que transitar el Estado español”. A la reunión prevista para el próximo mes, que está por ver si se celebrará en Barcelona o en Madrid, acudirán la consellera y Aragonés, mientras que por Moncloa asistirá nuevamente Calvo y algún otro miembro del Ejecutivo socialista. “Pero lo más importante es que se celebre”, matizó la consellera de Presidència, que evitó entrar en detalles sobre cómo acabaría ese potencial diálogo ya que a día de hoy “la distancia es grande”. La portavoz de la Generalitat negó que en este encuentro se haya hablado de indultos ante las posibles condenas a los políticos soberanistas encarcelados. “No existen sentencias y además no compete al Govern hablar de ello, sino a los propios condenados, si algún día llegan a estarlo”. Igualmente, rechazó que se tratara ayer la posible aprobación de los Presupuestos Generales de Estado planteados por Sánchez, a modo de gesto, tras validar su techo de gasto.
Por parte del Ejecutivo español, Batet señaló que “el Gobierno mira de frente el problema de Catalunya, sabiendo que es uno de los principales que tenemos en nuestro país”. “Pensamos que es muy importante que en paralelo a esta relación entre el Govern y el Gobierno se impulsen también los trabajos de la Mesa constituida en el Parlament de Catalunya”, manifestó la socialista, quien aclaró que tampoco estuvo sobre la mesa una nueva aplicación del artículo 155 de la Constitución, tal y como presionan a Sánchez PP y Ciudadanos. Según Batet”, hemos hecho un balance positivo de los últimos seis meses, ya que se ha avanzado en una normalidad institucional”.
sobre el referéndum “El comunicado conjunto muestra la voluntad de impulsar el diálogo entre ambos gobiernos dentro del ordenamiento jurídico. No hay otra salida para abordar un problema político”, argumentó la ministra de Política Territorial, quien, a la pregunta de cuál fue la respuesta a la propuesta de la Generalitat de un referéndum, precisó que “o ha salido en el marco de la reunión. “La posición del Gobierno es clara. No existe este derecho y pensamos que un referéndum que hace un planteamiento binario no responde al problema de fondo”, recalcó Batet.
Mientras una y otra comparecían ante la presa, Torra y Sánchez se dirigieron al acto de Foment del Treball, donde el president se refirió al diálogo aseverando que “hemos podido hablar de todo”, y de “los grandes consensos sobre el proceso independentista”: el sentimiento republicano, la negación de la represión y la petición de un referéndum de autodeterminación. El jefe del Govern sí ahondó en que Sánchez le permitiera plantear estos asuntos y aseguró que, al menos, forjaron una alianza para aislar a la extrema derecha de Vox. “Somos y nos sentimos republicanos”, ilustró Torra.
censura de pp y c’s Desde el ala derecha, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, afirmó que Torra “es un supremacista que alienta la violencia y quiere destruir España”, censurando que Sánchez le saludara como si fuera un jefe de Estado. En su cuenta de Twitter, consideró que la imagen del presidente español es la de “la humillación”, calificando el encuentro de “una nueva irresponsabilidad histórica”. Por su parte, el presidente del PP, Pablo Casado, se pronunció en parecidos términos. “La reunión es una contrapartida vergonzante por el apoyo a la moción de censura”. “Es humillante ver y vergonzante ver a un presidente de España agasajando a quien reclama la vía eslovena de confrontación civil” en Catalunya. “No todo vale por seguir en el poder”, destacó el dirigente popular.