MADRID - El Gobierno español confirmó ayer su intención de ampliar la presencia del castellano en las escuelas de Catalunya. La medida, que las formaciones soberanistas se toman como un salto cualitativo en la toma de la Generalitat por la fuerza del artículo 155, sin embargo, no buscaría presionar a los partidos que sustentan el procés para que muevan ficha en el tablero de ajedrez en el que se ha convertido la investidura. Al menos así lo expuso ayer el portavoz de Moncloa, Iñigo Méndez de Vigo, quien avanzó la predisposición del Ejecutivo de Rajoy a buscar la fórmula idónea para “garantizar la libertad de elección” de los progenitores. “El cómo lo hagamos, lo estamos estudiando, pero sin duda lo haremos”, certificó.

Seña del autogobierno catalán, incluir una casilla para optar por el castellano como lengua vehicular en el próximo curso supondría retocar el alma del modelo educativo catalán, algo a lo que los partidos soberanistas se niegan de plano y que censuran sin cortapisas. Tras la decisión atisban la mano de Moncloa, que emplea el modelo educativo, que es competencia exclusiva de la Generalitat, como medida de presión. Con Carles Puigdemont en Bruselas y Oriol Junqueras encarcelado en Estremera, Junts per Catalunya y ERC se han enredado en la maraña de las negociaciones de una investidura que de resultar efectiva, podría dar carpetazo al mecanismo constitucional de control de la Generalitat. Pero, mientras tanto, ven cómo el Gobierno español mantiene la maquinaria del 155 e incluso apuesta por introducir cambios de calado en la inmersión lingüística. Méndez de Vigo negó que la medida fuera un “globo sonda” para dar una vuelta de tuerca más a la presión sobre los partidos independentistas, si bien la mayoría soberanista en la Cámara catalana no lo ve así.

Méndez de Vigo adelantó que el Gobierno del PP no echará mano del 155, sino que basará su propuesta en garantizar el cumplimiento de las sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) y el Tribunal Constitucional. Y es que introducir cambios en el modelo educativo competería, en todo caso, al Parlament. Los constitucionalistas no podrían hacerlo, ya que están en minoría, por lo que Moncloa buscará un subterfugio a través de los recursos planteados durante los tres últimos años por colectivos y progenitores, que han conseguido pronunciamiento judiciales que fija un mínimo del 25% de clases en castellano. “El Constitucional y el TSJC han dicho cuál es la línea que hay que seguir. Eso estamos haciendo, combinar la garantía del derecho con el modelo educativo que, insisto, sólo puede modificarse con un cambio de la ley”, afirmó. El portavoz no dio pistas sobre cómo se modificarán los formularios para introducir la casilla del castellano. “Veremos cómo lo hacemos para garantizar el derecho y la normalidad del funcionamiento”, concluyó.

de palabras a hechos El PP no tendrá apoyos del resto del arco parlamentario en Madrid, salvo en el caso de Ciudadanos. El PSOE, al igual que el PSC, considera que Rajoy debe “ceñir” la aplicación del 155 “a cuestiones de gestión y no introducir elementos de cambio estructural”, tal y como expuso la diputada Meritxell Batet. Los socialistas no pusieron objeciones a aplicar el artículo constitucional para tomar el mando de la Generalitat, pero estiman que los populares han llegado demasiado lejos. El mecanismo constitucional permite “garantizar las circunstancias cotidianas de la vida y la gobernabilidad”, resumió ayer Carmen Calvo, pero recordó que modificar el modelo educativo corresponde al Parlament. La medida tampoco despierta simpatías en Podemos, aunque tendrá apoyo expreso de un Ciudadanos que lleva años convirtiendo la igualdad lingüística en Catalunya en bandera política. Tras reunirse con Societat Civil Catalana, una plataforma afín al constitucionalismo, Albert Rivera invitó a pasar “de las palabras a los hechos”.

Donde sí cayó la medida como un jarro de agua fría fue entre los partidos independentistas. Tanto es así que el president cesado Carles Puigdemont dijo basta. Mostró su enfado a través de Twitter censurando que “el Estado sobrealimenta con la mano derecha el nacionalismo español e intenta dividir a los alumnos catalanes por su lengua”. “Pero el catalán resistirá. Y la verdad se impondrá”, afirmó. El portavoz adjunto de JxCat en el Parlament, Eduard Pujol, ahondó en la crítica al aclarar al Gobierno de Rajoy que “no se saldrán con la suya porque desde la unidad, una vez más, vamos a proteger nuestros valores”.

El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, también tuvo palabras de crítica hacia un Gobierno español que pasa de “emplear el 155 como un mero mecanismo de transición a un plano de suplantación de decisiones que corresponden a las instituciones autonómicas”.