-La clase política y empresarial de Euskadi se ha puesto en guardia ante los ataques de Ciudadanos contra el Concierto Económico, la piedra angular de la autonomía fiscal vasca que permite al territorio regular y recaudar sus propios impuestos y que, en buena medida, dota de contenido a su autogobierno en general porque le permite realizar una gestión diferenciada. Las críticas de Albert Rivera no son nuevas pero, en esta ocasión, vienen de un partido que se encuentra al alza en las encuestas, que cree que tiene opciones de gobernar tras las elecciones generales de 2020, y que, con independencia de los resultados que obtenga y de lo que ocurra en el futuro, en este momento ya tiene la capacidad de condicionar al PP y arrastrar a otros partidos a su posición recentralizadora. Iñaki Garcinuño, el presidente de la patronal vizcaína Cebek, alertó ayer de las “graves” consecuencias que pueden tener sus ataques, y añadió que, si otros partidos se suben a ese carro, Euskadi deberá plantar cara y “mover ficha”, aunque no cree que el camino sea el proceso soberanista catalán, que ha permitido extraer “lecciones”.

La preocupación por la estrategia de Ciudadanos es muy transversal y, tras las críticas del PNV, ayer movilizó también a los empresarios vascos y la izquierda abertzale. En una entrevista concedida a Onda Vasca, preguntado por la posibilidad de que Euskadi pueda perder cotas de autogobierno con este debate, Garcinuño consideró “realmente peligrosas” las declaraciones de Ciudadanos. “Juega a un juego político con consecuencias que podrían ser graves y que nos perjudica solo por estar en el juego político. Solo porque jueguen con nuestra identidad, con nuestra historia, con nuestras herramientas, ya nos preocupa”, dijo.

El portavoz de los empresarios vizcaínos recordó que el Concierto Económico ha permitido que Euskadi sea un territorio “responsable y desarrollado”, pero puntualizó que la clave reside en haber utilizado esa herramienta “con acierto”, frente a quienes piensan que la autonomía financiera propicia por sí sola el progreso económico por ciencia infusa. “Que alguien piense que somos privilegiados o que nos favorecen y por eso somos desarrollados, es no querer conocer la realidad”, recalcó.

Preguntado por la hipótesis de que la tensión crezca y la situación acabe pareciéndose a la de Catalunya, sí admitió que de aquí a dos años “podemos ser la carta con la que jueguen” unos y otros en el Estado, y apostó por “mover ficha” si el mensaje de C’s se extiende a más partidos. Garcinuño no cree que el camino a seguir sea el procés soberanista de Catalunya, porque “nos muestra día a día lo que es un proceso político poco planificado y en lucha con alguien que puede ser más fuerte que tú”, aunque apuesta por poner pie en pared si se solemniza el ataque al Concierto. “Si esta deriva radicalizada por parte de algún partido político hace moverse al resto de formaciones que se mantenían respetuosas con nuestra autonomía, nos tiene que hacer mover ficha. No creo en un escenario semejante, pero no hay que descartar que de aquí a dos años la situación política empeore en relación a nosotros y seamos el foco de los problemas”, dijo.

Rivera aseguró el jueves que, si gana las elecciones, se acabarán los “privilegios” y los “chanchullos con Rajoy”, en referencia al acuerdo entre el PNV y el Gobierno español para renovar la Ley del Concierto Económico y la Ley Quinquenal del Cupo, el dinero que paga Euskadi al Estado por las competencias no transferidas. A juicio de Rivera, ese acuerdo ha sido muy favorable para los vascos, que deberían pagar más. Más allá de las cifras concretas, se opone a la autonomía fiscal en sí misma. El acuerdo del Cupo debe renovarse cada cinco años (la próxima vez, en 2022), una negociación que se complica cuando hay pulsiones centralistas. En paralelo, C’s ha lanzado una ofensiva generalizada que abarca el acuerdo para aliviar la tarifa eléctrica de las empresas vascas y superar el agravio histórico que sufre la industria de la comunidad autónoma, la valoración de las lenguas cooficiales en las ofertas públicas de empleo, y los acuerdos con los nacionalistas vascos y catalanes para la estabilidad presupuestaria de Madrid.

“contrarreforma” El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, por su parte, dijo en ETB-1 que la situación es “verdaderamente grave” y que los poderes fácticos del Estado han hecho una apuesta clara para que Rivera dé el sorpasso al PP. En alusión a las palabras de Rivera sobre los “chanchullos”, cree que ha decretado el fin de la influencia del PNV en el Congreso. “Aquí se ha terminado una fase, porque ellos han decidido que se ha terminado y, por lo tanto, van a poner en marcha una contrarreforma”, alertó.