sevilla - La debacle en las elecciones catalanas del mes pasado ha encendido todas las alarmas en Génova, donde empieza a cundir la preocupación ante el empuje de Ciudadanos, que amenaza con pegar un buen mordisco en el tradicional caladero de votos de los populares. Por ello, de cara a las municipales y a las europeas del año que viene, el PP se ha puesto como objetivo principal anular a la formación naranja. Ayer se evidenció el endurecimiento de su discurso en un acto en Sevilla en el que Mariano Rajoy cargó contra los de Albert Rivera por su posicionamiento en el tema de la prisión permanente y por su actitud en el nuevo Parlament.
El discurso de la prisión permanente revisable le está sirviendo al PP como baza para diferenciarse de Ciudadanos, ya que en esta cuestión sus posiciones han diferido en el Congreso. En este sentido, Rajoy criticó a la formación naranja por haber permitido con su abstención la tramitación en la Cámara Baja de una iniciativa para derogar esta medida penitenciaria. “Somos el partido que aprobó la prisión permanente revisable para los crímenes más horrendos”, recordó el presidente del Gobierno, que se posicionó contra quienes “quieren acabar con ella: la izquierda y los Ciudadanos de la abstención”, en referencia a los de Rivera.
Así se pronunció Mariano Rajoy durante su participación en una convención del PP de Sevilla, en la que estuvo acompañado entre otros del ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido; de la titular de Empleo, Fátima Báñez; del coordinador general, Fernando Martínez Maíllo; del vicesecretario Javier Arenas; y del líder andaluz Juanma Moreno. En la misma línea, Rajoy aseguró que su partido seguirá firme en su compromiso con la cadena perpetua revisable, “aunque algunos quieran acabar con ella”.
El líder de los populares fía en gran parte a la recuperación económica los buenos resultados que el PP pueda obtener en las dos citas electorales de 2019. Sin embargo, tal y como se evidenció el 21-D, su gestión política en la crisis catalana puede pasarle factura en las urnas en beneficio de Ciudadanos. Es precisamente en Catalunya donde han vuelto a tensionarse las relaciones entre ambas formaciones. En Génova no ha sentado nada bien que la formación naranja no les preste un diputado para que puedan formar grupo propio en el Parlament -son necesarios cinco escaños y los populares se quedaron en cuatro-, lo que les obliga a compartir el Grupo Mixto con la CUP. Así, Rajoy reprochó ayer a Rivera que no facilite dicha maniobra, que a su juicio permitiría que los constitucionalistas tengan la mayor voz posible en la Cámara catalana, y le emplazó a que explique a qué se debe su negativa.
Otra de las decisiones de Ciudadanos en el ámbito catalán que critican en el PP es la decisión de no presentar a Inés Arrimadas como candidata a la investidura a pesar de haber ganado las elecciones. Los populares creen que su candidatura evidenciaría que existe una alternativa constitucionalista en Catalunya y lamentan que Arrimadas no lo intente a pesar de que no tiene los apoyos suficientes para resultar elegida. “Nunca han gobernado nada. Nunca han asumido ninguna responsabilidad por si se ve quiénes son realmente y por qué creen que así son más fuertes”, argumentó Rajoy en clara alusión a Ciudadanos.
Por otra parte, el líder del PP evidenció que ya trabaja en una dinámica de precampaña con la vista puesta en 2019. De esta forma, Mariano Rajoy recordó las futuras citas electorales y animó a su partido a trabajar sin descanso para obtener un buen resultado. En su opinión, se trata de dar la batalla “barrio a barrio, casa a casa, todas las horas del día y todos los días de la semana”. Para Rajoy, la clave es demostrar que son una formación “útil para España”.
“Somos el partido más grande de España y, por tanto, se ruega que no se nos den lecciones, y estamos orgullosos de nuestros valores”, defendió el presidente del Ejecutivo español, antes de subrayar que el PP “no es un partido de aficionados” y que ha sabido superar momentos malos. Por ello, Rajoy está convencido de que en los futuros comicios sus candidatos sabrán resistir los ataques “de toda forma de populismo” y “plantar cara a los oportunistas”.
Pero ayer no solo la formación naranja fue el blanco de las críticas de Mariano Rajoy. El presidente del Gobierno también cargó contra los socialistas por su “utilización” política del problema de la financiación autonómica. Cree que el PSOE no da “un solo paso para construir algo positivo” y “engaña” a la ciudadanía. “Si quieren un nuevo modelo de financiación, aquí estoy, pero necesito sus votos”, demandó Rajoy.
El líder del PP ve necesario un acuerdo con Pedro Sánchez en esta materia “porque es bueno para España, por sentido común y porque el PSOE gobierna en muchas comunidades autónomas” a las que afectan los desequilibrios de financiación. “Estoy dispuesto a sentarme con el PSOE, pero no con una parte, tengo que pactar con todo el PSOE porque es mi obligación”, insistió Rajoy. Tras pedir que no se haga “mala política” con asuntos económicos, el presidente del Gobierno concluyó que “buscar el acuerdo” es la forma de hacer política de su partido y que así actuará también con los Presupuestos Generales del Estado para 2018.