barcelona - La elección de Roger Torrent como nuevo presidente del Parlament catalán y su discurso, entre conciliador y reivindicativo, generaron dos reacciones bien diferentes en el constitucionalismo. Si PPC y PSC aplaudían con cautela el discurso del parlamentario de ERC, la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, afirmaba no esperar nada nuevo de la recién estrenada presidencia de la Mesa de la cámara catalana.

“Sinceramente, no tengo ninguna esperanza de que Torrent sea una persona absolutamente imparcial, que sea el presidente de todos los diputados, que respete los derechos y el reglamento”, señalaba Arrimadas al término del Pleno de Constitución del órgano de gobierno del Parlament. A su juicio, no hay muchas diferencias entre Torrent y su antecesora en el cargo, Carme Forcadell, y más bien lo novedoso es que los partidos independentistas tienen “menos apoyos y menos escaños” y por ello “si en la anterior legislatura no se salieron con la suya, en esta menos”.

Así, según informa Efe, para Arrimadas la XII legislatura ha comenzado como “terminó la anterior”, con un presidente de la cámara que quiere “trabajar” en favor de la independencia de Catalunya, sobre todo después de presenciar un “mitin” de Ernest Maragall, presidente de la Mesa de Edad que antecede a la elección de la definitiva, miembro de ERC y exintegrante del PSC. Todos los partidos constitucionalistas se sumaron a esta crítica.

La portavoz de Ciudadanos criticó también a los ‘comunes’, que votaron en blanco en la elección del nuevo presidente del Parlament. “Podemos son el mayor chollo para el proceso soberanista, más que la CUP”, afirmó. El aludido, Xavier Domènech, número uno de En Comú-Podem, había celebrado el “tono conciliador” de Torrent y pidió que la Mesa “haga política”, tras negar las acusaciones de Arrimadas.

Más posibilista que la de C’s fue la reacción del PSC, cuya portavoz, Eva Granados, valoró que Torrent usara palabras como “respeto, convivencia y constatación de la diversidad” de Catalunya. Sin embargo, “son palabras, queremos comprobar los hechos. Faltan diez días para el primer debate de investidura y, si el flamante nuevo presidente del Parlament es consecuente con sus palabras, es evidente que, como dice el informe de los letrados, no se podrá producir una investidura de Carles Puigdemont a distancia”, advirtió.

El Partido Popular catalán, por su parte, aplaudió el “tono conciliador” de Torrent, que puede “hacer pensar” con un “hilo de esperanza” que “quizás hay una ruptura de la línea de la presidencia anterior”. La confirmación o no de dicha actitud vendrá, dijo, con el debate de investidura del presidente de la Generalitat, que debe ser “presencial”. Rodríguez dijo preferir pensar “que no se entrará en la dinámica anterior” de la Mesa, de la pasada legislatura, “forzando” el reglamento de la Cámara catalana. Así, el dirigente del PPC pidió al nuevo presidente del Parlament “respeto a la pluralidad y a la diversidad representados en el Parlament”, a la ley y al reglamento, cuyo primer paso se verá de cara al debate de investidura.

Desde el independentismo, por su parte, la diputada de Junts per Catalunya Elsa Artadi dio por hecho, tras apoyar el nombramiento de Torrent, que ERC cumplirá el acuerdo alcanzado por los dos partidos y votará a a Carles Puigdemont para la presidencia de la Generalitat.

Fuera de Catalunya, presidentes autonómicos socialistas como Javier Lambán (Aragón), Susana Díaz (Andalucía) o Emiliano García-Page reclamaron que el nuevo Parlament cumpla con la legalidad española.

Además, el responsable de Política Social del PP dijo no conocer “de nada” a Torrent, pero le ha aconsejado que “no repita los errores” de su predecesora. La socialista Margarita Robles pidió “sentido común” y “cordura” a la nueva Mesa.