Gasteiz - A pesar de la sorpresa de la renuncia de Artur Mas a presidir el PDeCAT, Carles Puigdemont no pierde el tiempo en Bruselas y sigue tejiendo los acuerdos que le permitan dar el pistoletazo de salida a la legislatura y revalidar su cargo al frente de la Generalitat. Mientras el martes Mas dimitía, el president destituido se reunía en la capital belga con la secretaria general de ERC, Marta Rovira, para perfilar la constitución del Parlament y el futuro Govern. La conversación dio sus frutos: JuntsxCat y Esquerra han acordado sumar fuerzas para hacerse con el control de la Mesa de la Cámara y posteriormente estudiar una fórmula para investir a Puigdemont a distancia.
Por el momento, el resorte a emplear para la investidura telemática está en el aire. Sin embargo, para conformar la Mesa del Parlament no hay tiempo de sobra -la sesión constituyente es en seis días- y por ello ambas formaciones ya han pactado que cuatro de los siete miembros del órgano sean independentistas, lo que les garantiza el control de la Cámara. Según detallan fuentes de ERC, Puigdemont barajaba un boicot de los diputados soberanistas en el primer pleno pero descartó finalmente esta opción, lo que ha permitido el acuerdo con los republicanos. Lo que no se ha concretado es qué nombres conformarán la Mesa ni si volverá a ser Carme Forcadell quien la presida.
Ahora JuntsxCat y Esquerra se emplazan a estudiar la viabilidad de la investidura a distancia de Carles Puigdemont con algo más de margen, ya que el nuevo presidente del Parlament tendrá de límite hasta el 2 de febrero para convocar la primera sesión de investidura. Por tanto, los independentistas tienen tres semanas más para concretar cómo procederán. La principal novedad es que los republicanos hayan accedido a elegir telemáticamente a Puigdemont, ya que hasta ahora se habían mostrado reacios a esta posibilidad.
La mayor discrepancia en este aspecto es que ERC cree que es necesario consultar a los letrados de la Cámara catalana acerca de la viabilidad de una elección a distancia. En JuntsxCat, por su parte, ponen sobre la mesa dos opciones para materializar la investidura de su líder. Por un lado, una comparecencia por videoconferencia de Puigdemont desde Bruselas. Por el otro, que el candidato delegue la lectura de su discurso en otro diputado, lo que a priori parece más sencillo y más factible a ojos de Esquerra.
Luego ya quedaría conformar el nuevo Govern, para el que suena con fuerza el nombre de Marta Rovira y en el que está por ver si entrará la CUP, que ha mostrado varias veces su disposición a hacerlo. Pero, por el momento, lo indispensable es solventar la investidura. En principio, según coincidieron ayer ERC y JuntsxCat, las normas parlamentarias no impiden la posibilidad de la elección telemática. En palabras del portavoz del PDeCAT en el Congreso, Carles Campuzano, “el reglamento en ningún caso prohíbe de forma explícita la opción de que Puigdemont sea elegido sin que esté presente”. El diputado de Esquerra Jordi Salvador incidió en esa idea: “En un país con tantas anormalidades y en un estado tan anormal, es posible todo”, zanjó.
Pero a Puigdemont no le vale con los votos de su propia candidatura y de los republicanos, sino que necesitará por los menos la abstención de los cuatro diputados de la CUP. Los anticapitalistas volvieron a salir a la palestra para decir que apoyarán a un candidato que tenga un firme compromiso con el desarrollo de la República catalana a través de la vía unilateral. El número uno Carles Riera explicó que su formación contribuirá a que “se pueda investir y formar un Govern republicano”. También se pronunció la diputada electa Maria Sirvent, que desconfió de una supuesta negociación con el Estado español, ya que a su juicio el Gobierno de Rajoy no está por la labor de dialogar. “Lo que no podemos hacer es supeditar la materialización de la República a un diálogo que no existe”, concluyó.
DECEPCIÓN CON LA UE Por su parte, Carles Puigdemont se referió ayer a la actuación que ha mantenido la Unión Europea a lo largo del conflicto catalán, y lamentó que mantenga su apoyo “incondicional” al Ejecutivo de Mariano Rajoy. En un artículo en la publicación estadounidentes Politico, el president destituido advierte a la UE de que su respaldo al Gobierno español “no ayuda a resolver un problema que es real, que está escalando y que no desaparecerá con porras, encarcelamiento, exilios y prohibiciones”. Puigdemont criticó asimismo que los líderes europeos mantengan el silencio: “Ya no nos sorprende, pero estamos decepcionados”.
El candidato de JuntsxCat defiende que los independentistas fueron los vencedores de los comicios del 21-D y cree que el Estado “aparentemente” no ha aceptado los resultados. Así las cosas, Puigdemont pide una solución dialogada para Catalunya y que el Gobierno español acepte que negociar no es un “síntoma de debilidad y cobardía”, sino de fortaleza democrática. “En la cultura política española, la fuerza y la imposición han dominado demasiado, y esto probablemente todavía sigue confundiendo las mentes de su élite”, argumentó.