barcelona - La caída libre que el grupo del PSC ha experimentado en el Parlament catalán comicio tras comicio no condiciona el optimismo de Iceta respecto al 21-D. En caso de conseguir el pasaporte a la presidencia de la Generalitat, su fórmula para gestionar una sociedad, ahora sí, totalmente polarizada, pasa por una reforma federalista de la Constitución.

¿Ésta es la campaña más atípica en la que ha participado?

-Es atípica por muchísimas razones. Para empezar, porque no las ha convocado quien debía y podía hacerlo, el señor Puigdemont. Además, uno de los candidatos, el señor Junqueras, se encuentra en la cárcel, y otro, el propio Puigdemont, hace la campaña desde Bruselas. Por tanto, sí, es la campaña más atípica en la que he participado.

¿Cree que se pueden asegurar las garantías democráticas en estas elecciones?

-Por supuesto. Espero que a nadie se le ocurra poner en duda el resultado electoral que salga de estos comicios. España cuenta con un sistema absolutamente seguro para el recuento de los votos y quien vierta dudas sobre esto estará incurriendo en una grave irresponsabilidad.

¿Le resulta cómodo no debatir con los cabezas de lista de todas las formaciones?

-He manifestado en numerosas ocasiones que yo preferiría que todos los cabezas de lista pudieran participar. Las circunstancias son efectivamente especiales, pero trato de hacer mi campaña con la máxima normalidad posible.

A estas alturas de la campaña, ¿existe una competición entre partidos o entre bloques?

-Está siendo por desgracia una campaña muy polarizada, porque hemos llegado hasta aquí después de meses en los que el Govern de la Generalitat y los partidos que le han brindado su apoyo han forzado la situación y han presentado a la sociedad catalana dividida por mitades: ellos y nosotros, los nuestros y los otros, los de la democracia y los del 155? Nosotros queremos romper esa dinámica, porque sin diálogo y sin tejer puentes no se podrá gobernar Catalunya a partir del 22 de diciembre.

Tampoco se podrá hacer sin propuestas políticas para el futuro.

-A pesar de esta polarización, nosotros intentamos que se hable de políticas sociales y para eso hemos presentado un Plan de Choque muy ambicioso para reducir desigualdades y, por ejemplo, que casi 100.000 niños que lo necesitan tengan beca comedor, o crear 80.000 plazas de escuela infantil de 0-3 años.

¿Cómo percibe el ambiente en la calle comparado con otros comicios?

-En la calle yo siento el cariño de muchos ciudadanos y ciudadanas que se me acercan a darme ánimos. En general, tengo la sensación de que mucha gente espera que busquemos soluciones y generemos tranquilidad en la sociedad. Y a esto es a lo que me voy a dedicar como president: a buscar y encontrar el acuerdo.No está siendo una campaña tranquila?

-Es verdad que hemos sufrido ataques, que en muchos sitios se han pintarrajeado y tirado a la basura carteles, y que en alguna ocasión, como el otro día en L’Hospitalet, hemos sufrido ataques incluso físicos. Pero nada de esto nos va a impedir defender nuestros principios y nuestras ideas por toda Catalunya.

Si algo pronostican las encuestas es la necesidad de alcanzar pactos de gobernabilidad. ¿Cree que el electorado debe conocer las líneas rojas que tiene cada partido a la hora de llegar a acuerdos?

-Nosotros hemos dejado claro cuáles son nuestros principios y cuál va a ser nuestra política de pactos. No haremos president a ningún independentista: ni a Puigdemont, ni a Junqueras, ni a nadie entre las filas de sus partidos, porque son responsables de la situación en la que hoy nos encontramos. Pero tampoco apostaremos por una política de frentes a la inversa, de revanchismo o de debilitamiento del autogobierno de Catalunya. El PP ha estado cinco años sin proponer nada para evitar la situación en la que nos encontramos, y Ciudadanos no tiene una propuesta para Catalunya y, las que tiene, no van en la línea de incrementar el autogobierno. No vale con decir que no, ni con pensar que decir que no a la independencia ya es suficiente para arreglar la situación. A partir del 22 de diciembre necesitamos reconciliar a los catalanes y ponernos a trabajar para los ciudadanos y las ciudadanas de este país.

En Comú Podem no cerró la puerta a pactar con el PSC. ¿Se sentiría cómodo en ese contexto? ¿Lo sucedido en consistorios como el de Barcelona puede suponer una traba?

-Creo que los comuns saben que echar al PSC del ayuntamiento de Barcelona ha sido uno de sus mayores errores. Y su comportamiento errático, que siempre acaba favoreciendo los intereses de los independentistas, tampoco ayuda a que pensemos que son de fiar. Dicho esto, yo estoy dispuesto a encabezar un Govern transversal y recabar los apoyos para ser president. Los votos de En Comú Podem para mi investidura serán bienvenidos.

¿Se ve invistiendo a Inés Arrimadas, actual líder de la oposición?

-Solo me planteo la opción de presentar mi candidatura, no la de apoyar a ninguna otra. Además, estoy convencido de que Inés Arrimadas, a quien respeto muchísimo, no va a ser capaz de lograr los apoyos para ser investida. Sus posicionamientos no ayudan al acuerdo, la negociación y el pacto. Yo y la candidatura a la que represento estamos dispuestos a dialogar y a llegar a acuerdos, tenemos una alternativa para la situación en Catalunya y no nos quedamos en el no. Si alguien piensa votar a Inés Arrimadas porque lo único que quiere es evitar un nuevo president independentista, es más útil que me vote a mí, es una apuesta más segura para conseguirlo.

Xavier García Albiol señaló que no se veía de president pero sí de conseller. ¿Contaría con el PP para formar gobierno en Catalunya si la aritmética se lo permite?

-Jamás. El señor Albiol parece que quiere repartirse las sillas antes de las elecciones. Yo me presentaré a la investidura negociando con quien abandone la política de frentes y no persista en el problema. Habrá que pactar y acordar entre diferentes, ceder en algunos casos y hacer una política posible. Yo apuesto por un Gobierno de reconciliación, por una Catalunya en la que no haya ni vencedores ni vencidos. Y si eso no es posible, apuesto por un gobierno en minoría presidido por mí con la presencia de independientes y con un papel protagonista del Parlament que es donde habrá que acordar las políticas, ley a ley.

Pasadas las elecciones, ¿apuesta por desactivar la aplicación del artículo 155?

-Eso es automático una vez que haya tomado posesión el nuevo govern. No hay especulación posible sobre eso. Y hay que añadir que la aplicación de este artículo de la Constitución se debe a la actuación del señor Puigdemont y su irresponsabilidad. Dicho esto, después de las elecciones será necesario recuperar la normalidad institucional en Catalunya y a ello me voy a dedicar como president.

Los acontecimientos de los últimos meses han reflotado la idea de reformar profundamente la Constitución. ¿Cree que esto sería suficiente para sosegar Catalunya?

-La receta del sosiego para Catalunya contiene muchos ingredientes y además necesita cocción lenta, es decir, tiempo. Dicho esto, la reforma de la Constitución en un sentido federal creo que es necesaria. Éste es nuestro proyecto y nuestra propuesta: una reforma en profundidad de la Constitución (que el año que viene cumplirá 40 años) en sentido federal para mejorar el encaje de Catalunya en España, pero también para actualizar muchas más cosas.

¿Qué tipo de autonomía sugiere el PSC para Catalunya?

-Nosotros queremos reformar la Constitución para que España funcione como un verdadero Estado federal. Para ello, la nueva Constitución deberá incluir las que denominamos cuatro erres: reconocimiento de las aspiraciones nacionales de Catalunya; reglas claras de reparto competencial que mejoren el autogobierno desde el respeto y la lealtad institucional, en que se reconozcan las competencias, singularidades y hechos diferenciales, con especial atención a las cuestiones relacionadas con la lengua, la educación y la cultura; recursos, fijando los grandes principios del sistema de financiación que tiene que ser suficiente, solidario, justo, equitativo, que recoja los conceptos de esfuerzo fiscal similar y ordinalidad, así como la figura de los Consorcios Tributarios; y representación, a través de un Senado Federal que haga de la Cámara alta un instrumento real de integración y cooperación territorial. Se tiene que trabajar mucho y muy a fondo para conseguir un acuerdo que pueda merecer el apoyo mayoritario de los catalanes y las catalanas en el referéndum que se celebrará.

¿Qué opina del Concierto vasco? ¿Cree que es un sistema importable a Catalunya?

-Yo soy partidario de que Catalunya continúe en el régimen común de financiación autonómica y que se cumplan las estipulaciones previstas en el Estatut y que no fueron alteradas por el Tribunal Constitucional. Y siempre digo que nunca buscamos ningún privilegio respecto a otras comunidades autónomas. En este sentido, la LOFCA permite establecer mecanismos propios de financiación, como el consorcio tributario que contempla el Estatut y que prevé el despliegue de una Hacienda catalana, consorciada con la Agencia Tributaria. Eso es exactamente lo que proponemos. Se trata de crear un Consorcio Tributario de Catalunya entre la Agencia Tributaria del Gobierno central y la Generalitat. Este Consorcio compartirá la gestión, recaudación, liquidación e inspección de todos los impuestos que pagamos. Este sistema permitirá mejorar la gestión y la inspección tributaria y contempla unos mecanismos de liquidación de ingresos mucho más transparentes. Pero esta propuesta no tiene que ver en ningún caso con el concierto vasco y navarro.

Si en su momento CiU hubiera negociado un Concierto Económico similar, ¿se habría podido esquivar la situación actual?

-Si usted se está refiriendo a lo que hubiera podido ser desde el principio, eso sería un ejercicio de ucronía. La realidad a día de hoy es que el Govern de Catalunya liderado por CiU (y ahora por PDeCAT y ERC) no se ha preocupado lo más mínimo por mejorar la financiación, por ampliar las competencias ni por conseguir más autogobierno durante los años en que ha gobernado. Las comisiones bilaterales no se reúnen desde hace más de cuatro años. Esta es la triste realidad: no se han preocupado por la ciudadanía y han reducido su proyecto y su programa a hacer la independencia. Nada más.

Si observamos los bloques, el resultado de las elecciones será previsiblemente ajustado. Si los constitucionalistas suman mayoría frente a los partidos independentistas, ¿cómo cree que deberá gestionar quien gobierne las inquietudes de tantos miles de personas que desean la independencia?

-Pues reitero que la reforma federal de la Constitución, que incluya las cuatro erres que he mencionado, es por lo menos un buen punto de partida. Los dos millones de personas que quieren la independencia de Catalunya no van a desaparecer de un día para otro, de manera que la mejor solución es convencer a parte de estas personas de que un mejor encaje de Catalunya en España es una solución. Yo me comprometo a hacerlo.

El PSC ha ido encadenando malos resultados durante las tres últimas convocatorias electorales en Catalunya. ¿Qué resultados esperan obtener en esta ocasión?

-Todas les encuestas sin excepción nos dicen que mejoraremos los resultados de las últimas elecciones autonómicas. Yo creo que sacaremos los diputados suficientes como para llegar a un acuerdo que me permita ser el próximo president de la Generalitat.

La configuración de su lista es un tanto compleja. ¿Cómo se explica un proyecto de país con compañeros de viaje tan dispares ideológicamente?

-Sencillamente, por la excepcionalidad del momento que vivimos. Piense que nunca se había producido una declaración de independencia de una comunidad autónoma en la España constitucional. En una situación tan compleja como la que tenemos creemos que es necesaria la transversalidad y ejemplo de ello es la integración de diferentes opiniones en nuestra lista. Por ello, hemos incluido como independientes a dirigentes de la antigua Unió Democràtica, hoy Units per Avançar, como Ramon Espadaler, o personas como el ex fiscal jefe de Catalunya, Carlos Jiménez Villarejo, que fue cabeza de lista de Podemos para las elecciones europeas de 2014 y representa posiciones más a la izquierda que el PSC. Debemos, y queremos, lanzar el mensaje de que ahora deberá imponerse un espíritu de reconciliación, abandonar los frentes y hacer un gobierno para todos los ciudadanos y las ciudadanas de este país.