Donostia - Los últimos movimientos del Estado para impedir el referéndum de independencia catalán han causado alarma en el Gobierno Vasco. Mariano Rajoy ha decidido desplegar en toda su plenitud el poderío policial y judicial del Estado, en lugar de ofrecer una solución política. “La situación se está yendo de las manos”, alertó ayer el lehendakari tras la detención de varios cargos del Govern directamente implicados en la logística de la votación. Mientras tanto, Madrid ha fletado cuatro cruceros para alojar a un contingente de antidisturbios frente a las costas catalanas. Urkullu llamó por teléfono al president Carles Puigdemont para mostrarle su solidaridad, y pidió públicamente a todas las partes que retomen las riendas de la situación, aunque la carga de profundidad la depositó sobre Rajoy en un día en que el Estado se dedicó a “echar gasolina al fuego” en este conflicto.

En una comparecencia ofrecida en las nuevas instalaciones de la empresa Graphenea, ubicadas en el parque tecnológico de Miramon, el lehendakari recordó que los poderes del Estado “tienen una responsabilidad ante una realidad que es necesaria de reconocer, pero quieren apagar el fuego echando más leña o más gasolina”. “No lo puedo entender. Los poderes del Estado son también los que están llevando esto a un punto de no retorno”, avisó. Urkullu pidió retomar “desde la vía del diálogo, desde la vía de la negociación, un espíritu de acuerdo, de convivencia, partiendo del reconocimiento de las realidades”. Urkullu formuló su petición desde el convencimiento personal, pero con escasas esperanzas de ser escuchado. “Aunque parece que no tiene ninguna viabilidad, vuelvo a reivindicar la necesidad del reconocimiento. Me parece muy preocupante que se rechace la posibilidad de hablar, como se hizo en el Congreso”, lamentó.

apuesta bilateral El lehendakari volvió a ceñirse a su apuesta por el diálogo y el acuerdo. Es una vía que también defenderá para Euskadi en el pleno de política general que tendrá lugar hoy en el Parlamento Vasco. En su discurso, planteará sus sugerencias y reflexiones sobre el nuevo estatus de autogobierno, siempre a través del pacto entre vascos y con Madrid, y con el objetivo de garantizar una relación de igual a igual, bilateral, con el Estado.

Urkullu cree que los pactos alcanzados con Mariano Rajoy para actualizar el Cupo o renovar la plantilla de la Ertzaintza son un ejemplo de bilateralidad y espera seguir por esa senda. En las próximas horas, el portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, enviará el listado con las transferencias pendientes a la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría. El lehendakari es consciente de que su mensaje no va a cautivar a la izquierda abertzale. EH Bildu apretará para que rompa con el Estado y defenderá que la bilateralidad no es posible. El convencimiento de Urkullu en el éxito de la vía pactista, por el contrario, es absoluto. No se desviará de ese mensaje en un pleno parlamentario que se da por hecho que se verá mediatizado por Catalunya.

El lehendakari ha visto voluntad de diálogo en Catalunya, que ha lanzado ofertas reiteradas de pacto a Rajoy, aunque el Govern optó por la vía unilateral tras recibir el portazo de Madrid. El referéndum unilateral se está enfrentando a todo tipo de obstáculos del Estado y a la negativa de algunos alcaldes que no quieren ceder locales para la jornada del 1 de octubre, lo que provocó que Urkullu admitiera recientemente que esa votación no va a tener las garantías propias de un plebiscito de independencia.

El lehendakari quiso trasladar ayer su solidaridad a la sociedad catalana tras la detención de varios cargos del Govern, y pidió “retomar las riendas de una situación que se está yendo de las manos”. A su juicio, esta crisis necesita profundizar en la convivencia y llegar a acuerdos.