madrid - Le llamó por teléfono, le dio la enhorabuena, y acto seguido le trasladó su oferta. Pablo Iglesias irrumpió en las primarias socialistas cuando se cerraba la campaña con la presentación de su moción de censura, lo volvió a hacer el sábado, cuando llenó la Puerta del Sol en defensa de su iniciativa mientras los candidatos velaban armas; y ayer lo hizo de nuevo. El líder de Podemos telefoneó a Pedro Sánchez, apenas unas pocas horas después de su sorpresiva y contundente victoria, para ofrecerle retirar la moción de censura a cambio de negociar una nueva que la registraría el nuevo PSOE salido de las primarias.

De forma paralela, el secretario de Organización del partido, Pablo Echenique, hacía pública la propuesta, que tiene detrás una serie de inevitables condicionantes. El principal, que Sánchez tendría que dar su respuesta antes del congreso del 17 de junio en el que calibrará su fuerza real en el PSOE.

Es así porque el plazo para la retirada de la moción de censura de Podemos concluye con el debate de la misma, y aunque corresponde tomar la decisión a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, en la Cámara baja barajan los días 13 y 14 de junio para celebrar dicho debate, tres días antes del cónclave socialista.

Así, Sánchez debe tomar la decisión antes de asentar el poder que acaba de adquirir y sin garantías de éxito, en primer lugar porque la oferta de Podemos no es un cheque en blanco. “Hablaríamos de todo, de candidato y de programa, pero antes de saber si el PSOE va a presentar o no una moción es hacer política ficción”, señaló Echenique. Además, ambos partidos suman 151 escaños, a 25 de la mayoría absoluta, por lo que deberían buscar apoyos entre los nacionalistas y el Grupo Mixto.

Podemos entiende lo que supone el congreso pendiente en el PSOE, pero no le valen promesas. “Las palabras se las lleva el viento. Registrar una moción es un hecho. Si ese hecho se produce, nosotros retiraríamos la nuestra para intentar hacer viable la moción del PSOE”, explicó Echenique. - T.D.