no hay por qué dudar de que la predisposición a protagonizar un debate limpio manifestada por los tres candidatos a la Secretaría General del PSOE a las puertas de Ferraz fuera honesta, pero hace ya mucho tiempo que la rivalidad entre los aspirantes, básicamente entre Susana Díaz y Pedro Sánchez, se transmutó en animadversión, y si había algún espacio en el que todo el rencor acumulado podía y debía estallar, era en el debate público dirigido a la militancia. Sólo Patxi López aguantó el tipo, y apenas si bajo al barro, jugando por otra parte el papel de pacificador que se ha autoatribuido y que, visto el punto en el que está el souflé, le convierte más en árbitro del combate que en potencial ganador del mismo.

Pedro Sánchez abogaba por un debate “de guante blanco”, Díaz subía a la sede confiando en conforntar argumentos con “compañeros”, y no con “adversarios políticos”, y López clamaba por ofrecer a militantes y ciudadanos en general una exposición “de ideas, de propuestas y de modelos”.

Lo que hubo finalmente fue una bronca en toda regla, sin paños calientes y sin los eufemismos que durante meses han contenido de cara al público el enfrentamiento desbordado en el seno del partido.

Un enfrentamiento que protagonizaron Sánchez y Díaz ante un Patxi López estratégicamente colocado entre los dos contendientes que han presentado más avales. Aunque elevó el tono de su discurso en las formas, mostrando cierta agresividad, en los contenidos no entró al ataque personal salvo para tratar de pillar a Sánchez en un renuncio e intentar cuestionar la implicación de Díaz con el puesto al que aspira. “Vamos a ver, Pedro, ¿tú sabes lo que es una nación?”, le dijo al primero. “La Secretaría General no es ningún billete para llegar a Moncloa. Se necesita una dedicación de 25 horas al día para unir, para vertebrar, para recuperar músculo; el PSOE necesita un secretario general a jornada completa, no a media jornada”, le recriminó a la segunda, presidenta de la Junta de Andalucía además de aspirante a liderar el PSOE.

Estos dardos fueron la excepción a un debate en el que el vizcaíno se dedicó más bien a alertar sobre el peligro del enfrentamiento público, incluso tratando de poner sobre la mesa un poso de autoridad en mitad de la bronca. “Si soy secretario general lo que haré el 22 es llamaros, decir que se ha acabado la broma”.

Eso será, si es, el 22. De momento, la lucha es encarnizada. Díaz pronunció la frase del día con su “no mientas, cariño”, dirigida a un Pedro Sánchez al que además recriminó sus “bandazos”. “Tú no eres pro Podemos, eres pro Pedro Sánchez, defiendes lo que te viene bien”, le dijo al madrileño, cuyo problema no es la política sevillana, sino “tú, y cuando la gente no se fía de ti, deberías hacértelo ver”. De hecho, Díaz cree que en el PP le prefieren a él porque “cada vez que se ha presentado le ha sacado una ventaja mayor”, y si el PSOE tuvo que tomar la “dolorosa” decisión de abstenerse para hacer a Rajoy presidente fue por “los 85 escaños” que cosechó el entonces secretario general, empeñado entre otras cosas en “esconder a Felipe González y a Zapatero”. Por todas estas cuestiones, afirmó Díaz, “el PSOE es un partido que está malito”.

La líder de los socialistas andaluces hizo además una promesa que escondía otro dardo a su rival, antes de cerrar el debate. Si gana, y “el PSOE no remonta electoralmente, me marcharé sin hacer ruido y sin fracturar al partido; el PSOE es mucho más importante que los tres que estamos aquí”, afirmó.

“Estoy en el paro” Por su parte, la abstención en la investidura de Rajoy, el detonante de la guerra en el PSOE, sirvió como argumento central a Pedro Sánchez para tratar de desmontar el discurso de su rival, y también para atacar a López, de paso. “La abstención fue un error Patxi, tú podías haber renunciado también al escaño; por coherencia y credibilidad, hoy estoy en el paro”, le recriminó. A Díaz, en relación a esta cuestión, le subrayó que aquella votación del Congreso de octubre de 2016 “fue el peor de los errores que hemos cometido”, y le dijo que “al PSOE no hay que rescatarle de los militantes; hay que rescatarle del PP”.

El ataque personal llegó por otro flanco, más ligado a las propias primarias. Sánchez criticó la falta de coherencia que a su juicio tiene una candidata que “no ha presentado aún su proyecto, que lo va a presentar mañana”, y en cuanto a su apuesta, ahora matizada, por pactar con Podemos, señaló que “Javier Lambán, Ximo Puig o Juan Espadas no se han podemizado por haber pactado” con la formación morada. “¿O tú te has derechizado por pactar con Ciudadanos?”, le preguntó.