bilbao - El PNV y el Gobierno del PP no tomaron descanso en el día del trabajo y siguieron cerrando flecos en la negociación presupuestaria. Los contactos han dejado el acuerdo a punto de caramelo aunque desde Sabin Etxea insisten en precisar que aún no hay fumata blanca y que, de producirse, será sobre la bocina. El jueves se votarán las enmiendas a la totalidad presentadas por los grupos parlamentarios en el Congreso de los Diputados y hasta entonces el Ejecutivo de Rajoy no sabrá si tiene el pescado vendido, pero los últimos contactos han permitido acercar aún más las posturas en todos los niveles de la negociación.

Una vez desbrozada la liquidación del Cupo de los últimos cinco años -el Gobierno Vasco reclama 1.600 millones de euros que habría pagado de más al Estado por las competencias no transferidas-, el escollo por limar es el de la Ley que lo regulará para el próximo quinquenio. La delegación vasca insiste en que la normativa se regule en base al criterio de bilateralidad. Todo apunta a que se han registrado avances en este sentido en las últimas horas, según señalaron ayer a este diario fuentes consultadas próximas a la negociación.

También se han dado pasos adelante en lo relativo a la factura eléctrica que paga la industria vasca, así como en algunas cuestiones competenciales, especialmente en lo relativo a las leyes vascas recurridas ante los tribunales-o con intención de hacerlo- por el Gobierno español. En todos estos niveles se habrían producido avances sensibles que allanarían la firma de un acuerdo, según las mismas fuentes. El otro pilar de la negociación es el de las inversiones en infraestructuras y servicios y ahí parece que la negociación está más encarrilada, sobre todo en lo referente al tren de alta velocidad.

El debate sobre las enmiendas a la totalidad al proyecto de Presupuestos para 2017 arrancará mañana a mediodía en el Congreso y se extenderá durante la jornada del jueves, que será cuando se voten. No se descarta que el acuerdo entre PNV y PP se cierre incluso antes del debate pero lo más probable es que los jeltzales apuren hasta el final para sacar el máximo provecho a la negociación. Los jeltzales son conscientes de que el nivel de exigencia de la ciudadanía vasca será alto porque es difícil de explicar un pacto que da aire a un partido muy tocado por la corrupción. Por esa razón, la delegación vasca quiere apretar hasta el final y lograr “el mejor acuerdo” para Euskadi. Además, valoran que su capacidad de influencia sobre el Gobierno del PP es ahora importante pero podría variar si se produjera un adelanto electoral, ya sea por las acusaciones de corrupción o porque Pedro Sánchez gane las primarias y abra la puerta a un escenario imprevisible.

Sobre las consecuencias entre los socios en el Gobierno Vasco de un eventual apoyo del PNV a las Cuentas de Rajoy, la secretaria general del PSE, Idoia Mendia, afirmó ayer que no le incomoda esta situación y que los jeltzales tendrán que explicar “sus razones” para avalar los presupuestos. La dirigente socialista defendió la enmienda a la totalidad del PSOE porque “no son unos Presupuestos que necesite España y que vayan a resolver los problemas de los españoles”.

Por su parte, la secretaria general de Podemos en la CAV, Nagua Alba, censuró al PNV que, en vez de estar el Primero de Mayo en la calle con los trabajadores, esté “negociando con el PP, el partido de la reforma laboral y de la corrupción”. Añadió que le “extrañaría encontrar a algún dirigente del PNV” en las movilizaciones en la calle. “Supongo que estarán negociando con el PP, el partido de la reforma laboral, el partido de la corrupción, y mirando más por sus intereses partidistas que por los de la mayoría social”, criticó. - H.Unzueta