Bilbao - La plataforma en apoyo a la liberación de Sara Majarenas reclamó ayer que la presa de ETA salga de la cárcel valenciana de Picassent para evitar el “desgarro emocional” que podría padecer su hija, Izar. La pequeña, que mañana cumple 3 años y por lo tanto debería de abandonar la prisión según establece la legislación penitenciaria, resultó gravemente herida al ser acuchillada por su padre en enero. Apoyados en diagnósticos psicólogos, el colectivo alertó de la situación por la que pasa la niña, cuya recuperación podría verse seriamente afectada sin estar al lado de su madre.

Hasta ahora la niña ha permanecido junto a su madre en prisión, mientras esta cumple su condena de trece años por pertenencia a ETA, pero ahora la situación puede cambiar al cumplir 3 años. La presencia de Majarenas junto a Izar es “fundamental” para la recuperación de la pequeña, afirmó el psicólogo Iñaki Barrutia. La niña sufrió una “agresión traumática” que le hizo permanecer en la UCI pediátrica de un hospital durante seis días y, por consiguiente, perdió el “sentimiento de protección y confianza” que ahora debería de “recuperar” junto a su madre, condenada a trece años de prisión por pertenecer al comando Levante de ETA. Detenida en 2005, ya ha cumplido tres cuartas partes de su pena.

Con un vínculo “mayor” al de otros menores con sus progenitores al haber permanecido en prisión junto a su madre desde que naciera, el especialista médico determinó que la separación podría suponer un “nuevo desgarro emocional”. La niña “necesita integrar” el estrés postraumático derivado de la agresión y “restaurar el sentimiento de protección”, una labor en la que “lo más importante es el apoyo de su madre”. Puede actuar “como bálsamo emocional”, ahondó. Un menor que atraviesa esta situación puede presentar ansiedad, agresividad, trastornos del sueño o apatía, entre otros síntomas.

Junto a Barrutia también estuvieron la profesora de la Facultad de Psicología de la UPV Luisa Reizabal y la portavoz de Sara Izarrekin Etxera, Amaia Zurutuza, quienes destacaron que “solo una justicia cruel y vengativa” puede separar a Izar de su madre. La decisión de alejar a una de la otra “supondría revictimizar” a la pequeña cuando en aplicación de la ley penitenciaria “debería vivir desde hace dos años y medio” con Majarenas fuera de prisión porque ésta “ha cumplido ya tres cuartas partes de su condena”. “Queremos traerla mañana mismo”, según Zurutuza especificó.

manifestación La reclamación de que ambas puedan volver a su hogar es el argumento de la marcha que mañana recorrerá las calles de Donostia. A ella asistirán diversos colectivos y partidos políticos. Sare, la red ciudadana en favor de los derechos de los presos, animó a participar en la marcha ya que “lo sufrido por Izar y Sara durante los últimos meses es clara muestra de la vulneración de derechos que padecen las presas y presos vascos”. Desde EH Bildu, por su parte, aseguraron no comprender “cómo en unas circunstancias tan especiales y complicadas el Estado español no contemple esta situación y mantenga en prisión” a Majarenas.