Bilbao - Los dos ertzainas que acudieron a declarar ayer como testigos al Juzgado de Instrucción número 10 de Bilbao tras haber participado en el operativo policial de la noche en que falleció Iñigo Cabacas no se encontraban en el lugar de los hechos cuando el joven recibió el disparo mortal, por lo que no pudieron presenciar nada de lo ocurrido. Así lo declararon ayer ante la juez instructora en la causa por la muerte de Cabacas en abril de 2012, días después de resultar gravemente herido por el impacto de una pelota de goma. Los agentes, que estaban esa noche de paisano -askatus, en el argot policial-, fueron llamados a declarar tras ser mencionados por el último mando imputado.

Antes del inicio de la vista, la abogada de la familia Cabacas, Jone Goirizelaia, adelantó que con las declaraciones de ayer este caso entra en “la rampa final”. Explicó que, en función de la aportación de los testigos, pedirá la práctica de más pruebas o instará a cerrar la fase de instrucción y pasar a la apertura del juicio oral, con un auto de transformación del procedimiento. Pese a que esta prueba había sido denegada por la juez, la Audiencia Provincial de Bizkaia determinó finalmente que se realizara. Goirizelaia insistió en pedir la imputación de Ugarteko, el agente que estaba al mando del operativo desde la comisaría de Deusto. El padre de Iñigo, Manuel, aseguró por su parte que “se tiene que esclarecer porque nos podrán quitar la justicia, pero la verdad la conoce todo el mundo”. - DNA