madrid - Y sin embargo, se mueve. Y además ahora sí se ve presidente. Mariano Rajoy, bajo el favorable escenario de elevar a su partido como el único que ha subido en votos y escaños, aseguró ayer que intentará la gran coalición para cuatro años con PSOE y Ciudadanos y que buscará en primer lugar a los socialistas.

Reforzado por los resultados del domingo, el líder del PP abandonó ayer su proverbial inmovilismo asegurando que no va a “abdicar ni a renunciar a la responsabilidad de gobernar” y llamó tanto a PSOE como a Ciudadanos para que haya Ejecutivo en un mes porque “urge formar gobierno” y lo más idóneo, según Rajoy, es que la gobernabilidad esté resuelta para finales de julio o principios de agosto. Bajo esta máxima y, dibujando un contexto de presión para los socialistas, tampoco descartó otras formulas como un gobierno en minoría bajo apoyos puntuales y sin descartar buscar acuerdos tanto con el PNV como con Coalición Canaria que, junto al apoyo de Ciudadanos, le procuraría estar a un escaño de conseguir la mayoría absoluta, aunque precisó que “ahora lo primero será hablar con todos para ver su disponibilidad a construir”. “Hay que hacer un gobierno y hacerlo ya, luego cada uno verá cómo quiere colaborar”, destacó el presidente del PP, que apostó por un Ejecutivo “estable” con un programa “acordado” y, si eso no es posible, pactando “las cosas en el día a día”. Su llamamiento estuvo dirigido a los los partidos moderados para “hacer juntos lo que nos piden los españoles”.

Tampoco dejó pasar la oportunidad de reivindicarse para tomar la iniciativa exhibiendo la mejora de los resultados de su partido en casi 700.000 votos, marcando la distancia con la segunda fuerza, el PSOE, al que supera en 52 escaños y pasando de 1,7 millones de votos a casi 2,5 millones, ganando en todas las comunidades autónomas excepto en Euskadi y Catalunya, y poniendo el acento en el triunfo en comunidades como Andalucía o Extremadura.

Con los datos en la mano fue su oportunidad para apuntalar la teoría de que el PP debe gobernar, sin ningún tipo de dudas, porque está avalado en su estrategia y en el comportamiento que ha mantenido durante estos meses de “teatralización de la política” y que derivaron en la repetición electoral. Por ello, apeló a la responsabilidad de los socialistas, porque “sería verdaderamente inaudito que fuéramos a unas terceras elecciones. Sería una irresponsabilidad verdaderamente antológica”, señaló.

LIDERAZGO Los resultados del PP han venido a disipar las dudas sobre el liderazgo de Rajoy en el seno de la formación. En su comparecencia tras el Comité Ejecutivo del PP, Rajoy puso como prioridad la formación del Gobierno, y será después cuando se convoque “tranquilamente”, según indicó, el próximo Congreso Nacional que tiene pendiente desde 2015 la renovación de la oferta política y la organización, y que se celebrará probablemente el próximo otoño. Llegará con un Rajoy apuntalado por los últimos resultados que han acallado algunas voces críticas como la del presidente de la fundación FAES, Jose María Aznar, que ayer dio un giro a su discurso y se ofreció a ayudar en las negociaciones. “El PP ha demostrado una gran solidez y merece mi elogio”, afirmó en la inauguración de los cursos de verano de San Lorenzo del Escorial.” Deseo que Rajoy en las conversaciones tenga éxito y manifiesto mi apoyo”. Tras las felicitaciones y preguntado Rajoy por el deshielo exprés tras las tensas relaciones con Aznar, el presidente del PP quitó hierro al asunto y negó tensiones con su antecesor: “No he tenido ninguna fricción, no tiene sentido dar solución a algo que no se ha producido”.