MADRID. En una entrevista con EFE, López ha hecho un repaso de su paso por la Presidencia del Congreso en un periodo muy difícil y de situaciones "inéditas" y nunca vistas en los usos y costumbres parlamentarias.

Para el socialista vasco, la XI Legislatura ha sido la más corta pero también la "más intensa" y ha servido para crear precedentes que pueden servir para el futuro.

Una Cámara que ha funcionado "con normalidad" y que se ha convertido en el "epicentro" de la vida política, aunque en ocasiones se hayan visto actitudes más propias "de un patio de colegio".

"A pesar del fracaso político para tener un gobierno no ha habido ni bloqueo ni parálisis institucional y el Congreso ha funcionado con normalidad. Eso ha sido bueno para todos", ha destacado.

Lo peor para López ha sido que se haya trasladado la imagen de un Congreso "con mucha bronca" a pesar de los debates interesantes que se han desarrollado en estos meses sobre la reforma laboral o la Lomce.

"La desgracia es que esto no haya ido a ninguna parte porque no hay Gobierno", ha lamentado.

A la hora de hacer balance de su gestión como presidente del Congreso y su papel en la ronda de consultas del Rey para la investidura, López rechaza las críticas por un supuesto favoritismo al PSOE que le han llegado desde las filas del PP.

El PP le reprocha especialmente que concediera un mes de plazo a su compañero del PSOE Pedro Sánchez para buscar apoyos a su investidura, aunque sin resultado.

López ha recordado que fue Mariano Rajoy quien declinó someterse primero a la investidura y que, antes incluso de esa renuncia, ya anunció que acordaría con el candidato el tiempo para necesitan para acudir al debate.

"Pedro Sánchez me pidió un mes y me pareció que era un tiempo razonable. No me parece una decisión partidista, la hubiera pactado igual con Mariano Rajoy si hubiera sido candidato", ha garantizado.

No duda en aplaudir además a Pedro Sánchez por haber dado "un paso al frente" y haberse propuesto como candidato rompiendo el bloqueo institucional que podría haber prolongado la situación de falta de gobierno "hasta el infinito".

Por eso cree imprescindible corregir ese "vacío constitucional" que impide acortar los plazos o convocar nuevas elecciones si nadie da el paso de presentar su investidura.

"Eso hay que corregirlo, pero creo que hay que reformar la Constitución para muchas más cuestiones como consolidar derechos y libertades o para avanzar en el modelo federal porque la Constitución necesita ser actualizada", ha insistido.

Reformas que Patxi López también habría emprendido en las normas internas del Congreso si la legislatura no hubiera acabado de forma prematura.

Pese a ello, destaca que en este tiempo se han avanzado en cuestiones como la transparencia de las cuentas de la Cámara para que el Congreso tenga "techos y paredes de cristal" y los ciudadanos sepan en qué se gastan los recursos públicos.

Le habría gustado poner en marcha la reforma del Reglamento del Congreso para dar mayor agilidad al control del Gobierno -ayer mismo se presentó un conflicto de atribuciones contra el Ejecutivo en el Tribunal Constitucional- o para dar facilidades a la puesta en marcha de comisiones de investigación.

También apuesta porque colectivos sociales pudieran participar en los debates en comisión "abriendo un poco más las puertas de esta casa a la participación de la ciudadanía".

En cuanto al uso de las lenguas cooficiales, López cree que el Senado es el lugar idóneo para ello y también el ámbito institucional en el que las comunidades autónomas "en lugar de darse la espalda" acuerden junto al Gobierno de España "las grandes decisiones del país".

A menos de un mes para que se celebren las elecciones del 26 de junio, Patxi López reconoce que no tiene "ninguna pretensión, ni ninguna previsión" de continuar como presidente del Congreso.

"Mis mayores socialistas me enseñaron que a los sitios hay que ir con la maleta hecha, y yo ya la he hecho", admite.

Tampoco desvela si al igual que sus antecesores en el cargo se encargará su retrato para colgarlo en las paredes del Palacio de la Carrera de San Jerónimo.

"Seguro que nadie es presidente del Congreso para tener un retrato. Será lo que tenga que ser por protocolo, no por intención propia", garantiza.