gasteiz - El derribo del muro que antecede a la comisaría de la Er-tzaintza en Ondarroa y la ampliación del área de recepción de atención al ciudadano supondrá una “mejora en el trato” y una mayor “confortabilidad” para las personas que acuden a estas instalaciones, una obra que está presupuestada en 365.177 euros y que pondrá fin a la protección levantada hace siete años, con ETA aún activa.
Esta valoración forma parte de la respuesta que la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, trasladó ayer al Parlamento Vasco a raíz de una pregunta presentada por el PP. En la misma, la dirigente jeltzale sostiene que no es aventurado derribar el muro ante el grado de alerta 4 en el que se encuentra inmersa Euskadi, al igual que el resto del Estado, ante la amenaza del terrorismo yihadista.
El muro fue levantado en 2009 después del atentado que ETA perpetró contra estas instalaciones. Con el PSE en el Gobierno Vasco, el equipo dirigido por Patxi López ordenó la construcción de este blindaje que, sumado a la reparación de los daños, supuso un desembolso de 2,1 millones de euros para las arcas del Ejecutivo autonómico.
Hace poco más de un mes, el Departamento de Seguridad anunció su intención de proceder al derribo del muro para adecuar las instalaciones policiales a las necesidades actuales de la accesibilidad ciudadana. - A. Abaitua