Barcelona - Catalunya, a quien se acusó durante meses de parálisis institucional, sigue dando pasos en su hoja de ruta hacia la independencia aprovechándose, curiosamente, del inmovilismo en la actividad política que sacude al Estado español. El Govern de Carles Puigdemont maneja ya el despliegue paulatino de la Agencia Tributaria catalana a través de nuevas leyes que propicien “redimensionar” este ente, dotándolo de una nueva estructura y potenciando su actividad. Según explicó el vicepresident y conseller de Economía, Oriol Junqueras, se expandirá el número de oficinas de la Hacienda pasando a lo largo de la legislatura de las cuatro actuales a 140 locales de atención al ciudadano, con la estrecha colaboración de diputaciones y administraciones locales.

La conselleria que dirige el republicano quiere que Catalunya gestione de forma directa un mayor número de ingresos sobre los que la Generalitat tiene las competencias, poniendo como ejemplo el cobro ejecutivo de multas o impagos que ahora la administración catalana recibe a través del Estado. Si el Ejecutivo catalán se encargara de estos cobros se ahorrarían unos diez millones de euros y servirá como experiencia para apuntalar la Agencia Tributaria. La Hacienda catalana dispondría de un consejo fiscal para resolver consejos y dudas, al tiempo que el Instituto Catalán de Finanzas se transformaría en un banco público para Catalunya.

En este contexto, Junqueras expuso su intención de arrancar el debate sobre los nuevos Presupuestos de 2016 después de que el Parlament delimitara el margen de endeudamiento fruto de la prórroga de las Cuentas de 2015, reclamando la colaboración del resto de grupos para renegociar la distribución del techo de déficit. Según el presidente de ERC, la economía catalana goza de buena salud y es culpa de las políticas de Madrid y sus leyes “injustas y arbitrarias” que el Govern haya tenido que asestar recortes en los últimos años, argumento que usaba el expresident Artur Mas.

En concreto, Junqueras pretende aplicar la fórmula Sant Vicenç, el modelo de gestión que empleó en primera persona en su municipio para reducir la deuda de la localidad. Como alcalde, el republicano recibió en 2011 una deuda de 24 millones que dejó en solo 4,8 cuatro años después. De esos 24, 14 eran a corto plazo, que fueron enjuagados completamente, una liberación de los fondos que le permitieron promover más políticas sociales. Pese a que la magnitud de las cifras y las instituciones no guardan relación, Junqueras quiso poner en evidencia que la actual manera de proceder, por la que la Generalitat se endeuda para dar cuenta de su gasto corriente, es difícilmente asumible.

Mas ejercerá de diplomático Precisamente, casi un mes después de hacerse a un lado, Artur Mas, en plena refundación del partido y dispuesto a crear a su vez una plataforma social “de centro” que ensanche las bases del independentismo, recordó a la CUP que su acuerdo con Junts pel Sí le obliga a dar estabilidad al Ejecutivo de Puigdemont y a aprobar los Presupuestos. En una entrevista en RAC1, el líder de Convergència explicitó que el primer punto del documento del pacto de investidura aboca a la fuerza anticapitalista a “no romper con la estabilidad parlamentaria aliándose con los partidos que van contra el proceso”. El expresident aseguró sentirse “en parte” liberado y se felicitó de cómo Catalunya se ha “destensado un poco”, además de definir su situación como la de un político “en la reserva” que no descarta presentarse a unas nuevas elecciones. De momento, ayudará puntualmente a Puigdemont desarrollando acciones similares a las de una “diplomacia paralela” consistentes en determinados contactos internacionales para explicar el proceso soberanista. Respecto a lo que acontece en el Estado, simplemente se atrevió a pronosticar que “Rajoy no será presidente” tras ganarse “a pulso su aislamiento”.

En este escenario, la alcaldesa de Barcelona Ada Colau parece haber hallado en Puigdemont más sintonía de la que tenía con Mas, como pudo comprobarse el pasado viernes en su primer encuentro institucional para defender frente al Estado los trabajos de grandes infraestructuras que puedan acometerse en Catalunya. En declaraciones a Catalunya Ràdio, la regidora señaló que ha encontrado en el nuevo jefe del Govern a “una persona mucho más accesible”, quizás porque procede del ámbito municipal, o porque Mas se encontraba en un momento “muy complicado y acumulaba cansancio y crispación”. A juicio de la líder de Barcelona en Comú, la capital catalana “no le fallará al país, Catalunya”, y subrayó que el referéndum “es la única solución para desatascar una situación insostenible”.