Bilbao - El lehendakari tomó ayer la palabra en el Aberri Eguna para ahondar en la tesis jeltzale de que la nación vasca también se construye día a día, promoviendo el crecimiento económico y el bienestar. Iñigo Urkullu subió al atril de oradores para exponer los logros de su gobierno y sus líneas de actuación, que pasarían por el rigor económico y la promoción del crecimiento con planes de empleo. A su juicio, “los resultados empiezan a llegar”. “Hemos conseguido empezar a dar la vuelta a la situación. Sé que aún no es suficiente, que debemos seguir haciendo más”, matizó. Aun así, aseguró que Euskadi ha logrado superar la recesión, que el año pasado creció un 1,2% y este año se prevé que lo haga un 2,3%, aplaudió que Fagor haya reemprendido su actividad, que crezcan las exportaciones y que lleguen cada vez más turistas, y anunció que en 2015 y 2016 “vamos a crecer”. “Vamos a conseguir lo que nos proponemos: dos años de confianza, inversión, consumo, crecimiento y creación de empleo”, auguró. El lehendakari, habitualmente poco amigo de las estridencias, mostró ayer su perfil más institucional y no salió de su boca ni una sola crítica a la oposición.
Urkullu aseguró que quiere “más Euskadi”, pero “desde esta Euskadi”. “La que nos legaron quienes nos precedieron y hemos construido estos 35 años en un proceso gradual de institucionalización. Preservando, consolidando y adecuando lo que tenemos”, puntualizó. Tras poner en valor la sanidad pública y universal y la Euskadi solidaria, se refirió al salto en el autogobierno que desea dar el PNV forjando un acuerdo en el Parlamento Vasco, “un acuerdo interno que, desde la ratificación social de sus acuerdos institucionales, reconozca la nación vasca y permita que este pueblo siga creciendo y progresando”. También apostó por seguir trabajando en el Plan de Paz desde la ética, un planteamiento “absolutamente legal” y de acuerdo con el sentir social mayoritario. - M. Vázquez