gasteiz - El lehendakari, Iñigo Urkullu, considera que tras la Vía vasca que defiende la izquierda abertzale en nombre de la soberanía política, económica y social se esconde un “proceso revolucionario” que lejos de ser beneficioso para Euskadi siembra el futuro de la ciudadanía de incertidumbre e inestabilidad. Sobre esta base argumental valoró ayer el jefe del Ejecutivo autonómico la estrategia alumbrada por Sortu, el pilar fundamental de la coalición soberanista que también suma a Eusko Alkartasuna, Aralar y Alternatiba, y que, a falta de poco más de dos meses para los comicios municipales y forales se ha convertido en la punta de lanza electoral de esta corriente ideológica.

Urkullu no comparte que la senda protagonizada por la “insubordinación y la desobediencia a los marcos institucionales” sea el mejor camino y el más eficaz para aspirar a nuevas cotas de autogobierno, un reto que también figura tanto el programa electoral del PNV como en el propio compromiso que adquirió el lehendakari ante el Parlamento Vasco, pero a través de la vía del diálogo; primero entre las fuerzas con representación en la CAV y, una vez alcanzado un acuerdo de puertas hacia adentro, haciéndolo extensivo a los interloctures del Estado.

En esta propuesta, el jefe del Ejecutivo de Gasteiz reiteró su llamamiento a las “grandes sensibilidades políticas” para que PNV, EH Bildu, PSE y PP puedan superar las barreras que ahora les separan y se acerquen a un pacto aunque sea de mínimos. Pero las distancias que alejan estas posturas siguen vivas y la sesión parlamentaria de ayer fue una nueva demostración del trabajo que aún resta por completar de cara a aproximar posturas.

En el primer turno de intervención de uno de sus aforados en la sesión de ayer, EH Bildu trasladó a la Cámara autonómica el debate de la Vía vasca. El elegido para asumir esta responsabilidad fue el secretario general de EA, Pello Urizar, quien abogó por completar el recorrido de esta senda propuesta por la izquierda abertzale para decidir “qué tipo de sociedad queremos ser “sin “injerencias exteriores” como las del Gobierno español.

“no es un folio en blanco” La concordancia de esta declaración de intenciones con los postulados jeltzales es patente, pero el lehendakari afeó al líder de EA que en su intervención dibujara el presente vasco como un folio en blanco por escribir que, según valoró Urkullu, ningunea el trabajo que en pro del autogobierno se ha realizado hasta la fecha.

Urkullu negó que el pueblo y las instituciones vascas se encuentren ante “un folio en blanco” y recordó a Urizar la participación activa de su partido en el intento que hace una década el lehendakari Ibarretxe, entonces con EA como socio del Gobierno tripartito, materializó a través de la Propuesta de Nuevo Estatuto que logró el plácet del Parlamento Vasco, pero que decayó en el Congreso ante el rechazo de socialistas y populares. Un pasado tras el que Urkullu no comprende que desde estas siglas “abracen” ahora una estrategia que, a diferencia de lo propuesto en 2004, supone “un proyecto declarado de insubordinación”. “Esta no es la vía vasca, es la vía revolucionaria”, añadió el lehendakari ante el arco parlamentario.

Frente a esta alternativa, Urkullu insistió en mantener las expectativas de nuevo estatus que persigue su Gobierno, una demanda abonada por el nuevo tiempo sin la amenaza del terrorismo, aunque a juicio del PNV el camino a seguir debe ser un “acuerdo genuino y de integración entre las diferentes sensibilidades ideológicas” que permita alcanzar “un acuerdo posterior con el Estado”.

El cara a cara entre Urkullu y Urizar no fue la única demostración de las enconadas posturas que la relación con el Estado suscitan entre las diferentes bancadas de la Cámara vasca. En una lógica alineación con los postulados del Gobierno español, dada su sintonía cromática, la presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga, llevó hasta el atril de oradores al lehendakari para cuestionarle por el “proyecto de nación” que defiende y censurar su “confrontación continua con España”, dos asuntos ante los que el jefe del Ejecutivo autonómico denunció que el compromiso del Gobierno liderado por Rajoy con Euskadi es actualmente “cero”.

En su argumentación, el dirigente jeltzale recordó el incumplimiento del Estatuto de Autonomía por parte de Madrid, así como los trece recursos de inconstitucionalidad interpuestos hasta la fecha y las “promesas en el aire”; obstáculos que, no obstante, no impiden que desde el Gobierno de Vitoria mantengan la intención de “dialogar” y sondear futuros acuerdos.