vitoria - Salvo la felicitación navideña final que realizó en catalán, euskera y gallego, el rey Felipe VI no realizó ninguna mención a Euskadi en su discurso televisado. Solo dos palabras, “eguberri on”, de un total de 1.645 en las que tan solo se contemplaba una nación, la española, y un marco jurídico-político, la Constitución, lo que defraudó las expectativas de la mayoría de vascos y catalanes. Ni siquiera la actualidad más candente, con la excarcelación de presos de ETA merced a un nuevo cómputo de sus condenas teniendo en cuenta los años cumplidos en cárceles francesas, sirvió de excusa para que el monarca hiciera referencia al proceso de paz.
Este hecho fue criticado por la gran mayoría de partidos políticos vascos. Así, mientras el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, valoró que lo lógico es que “hubiera habido un llamamiento al acuerdo en torno a la consolidación de la paz y la convivencia en Euskadi, que nos sigue ocupando tras tantos años de violencia”; el parlamentario de UPyD en la Cámara vasca, Gorka Maneiro, echó de menos en las palabras del monarca alguna referencia a las víctimas del terrorismo que “en largos años han sufrido mucho y en los últimos meses también con las excarcelaciones de etarras que se han producido”.
Un panorama muy diferente al de hace un año cuando, con motivo de su último discurso de Nochebuena, Juan Carlos I no solo hizo mención expresa a las víctimas, sino que en la escenografía que acompaña a estos pronunciamientos aparecía una fotografía de un encuentro que mantuvo escasos días antes con representantes de las principales asociaciones de damnificados por el terrorismo. Entonces estaba aún caliente la salida de presos de las cárceles por la derogación de la doctrina Parot, una circunstancia que, pese a tener su paralelismo en la actualidad, no ha sido suficiente para colarse en la alocución de Felipe VI.
Siguiendo con las reacciones desde tierras vascas, el dirigente de Sortu Joseba Permach, en un breve comentario en Twitter, denunció que el rey felicitase la Navidad en “catalán, euskara y gallego, para repetir la misma cantinela de siempre: Constitución y unidad de España”. Más locuaz, la diputada de Amaiur Onintza Enbeitia denunció en declaraciones a Europa Press que “sigue sin aparecer el derecho a decidir de los pueblos vasco, catalán o galego, y al final cuando nos hablan de democracia quedan más que cojos, porque en su discurso no toman en cuenta algo tan básico como el derecho a decidir de los pueblos”.
Cumplir la ley La nota discordante la protagonizó la portavoz del PP de la CAV, Laura Garrido, quien consideró que el monarca “claramente hizo una apelación al cumplimiento de la legalidad vigente en la Constitución española, proclamó la unidad pero a la vez con reconocimiento de la diversidad”. Agregó que, en su discurso, fue “absolutamente tajante y contundente” contra la corrupción, “hablando de que necesitamos un gran impulso moral colectivo” y que la lucha contra esta lacra es un objetivo “irrenunciable”.
Una opinión muy diferente expresó el diputado jeltzale Aitor Esteban. En una comparecencia en Sabin Etxea, censuró que “el rey tocaba el asunto de la corrupción, pero parecía que el tema en nada tenía relación con la Casa Real. Ha descrito el problema y lo mucho que le puede afectar a la clase política, pero no ha aportado medidas”. Por ello, concluyó que “aunque el rey era nuevo, su discurso nos ha parecido viejo. Tenía algún retoque estético pero era un mensaje tuneado que trataba de hacer pasar por nuevo algo que es viejo. Un mensaje, además, en el que se ha vuelto a olvidar de Euskadi y de la existencia de realidades nacionales distintas en el Estado”.