gasteiz - Nueve meses después de que la ponencia creada para dar forma y dotar de contenido al Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos echara a andar, el proyecto completó ayer su último paso en el Parlamento Vasco para que a partir del año que viene sea una realidad y resuelva interrogantes pendientes como dónde estará ubicado. En la votación, PNV y PSE hicieron valer su mayoría a la hora de sacar adelante una iniciativa que contó con la abstención de EH Bildu y el voto contrario de PP y UPyD.
El Instituto de la Memoria nace como una herramienta fundamental en la nueva etapa de paz y convivencia impulsada por el cese de la actividad terrorista, pero de la misma manera su creación ha sido fiel reflejo de las severas discrepancias que existen entre los grupos parlamentarios cuando toca poner las bases de esta nueva etapa.
PNV y PSE recogen en el dictamen aprobado ayer las cuatro experiencias “traumáticas” marcadas por la violencia como campo de actuación del Instituto; es decir, “la Guerra Civil, la dictadura franquista, el terrorismo de ETA y los contraterrorismo ilícitos”. Y es aquí donde empiezan las diferencias con los extremos ideológicos que representan PP y EH Bildu en el Legislativo autonómico.
Para la bancada conservadora, este proyecto busca la “consagración de la idea de la confrontación y el conflicto”, una conclusión a la que el parlamentario popular Carmelo Barrio llegó al valorar que el Instituto “mezcla las víctimas de ETA con otras realidades brutales”, como las de la dictadura o la Guerra Civil, como “si todo estuviera interrelacionado”.
Por su parte, Julen Arzuaga mantuvo la teoría de la bancada abertzale sobre la existencia de una clasificación que divide a las víctimas en dos diferentes categorías, siendo los damnificados por el terrorismo de ETA los que encabezan este listado. En este mismo contexto, valoró que la referencia que la nueva ley hace a los “contraterrorismos” deja entrever que fue una respuesta a la violencia ejercida por la banda armada.
Ante estas críticas, el dirigente jeltzale Iñigo Iturrate destacó que mientras que EH Bildu ha pretendido que se difuminara la parte específica que afecta a ETA, el PP quería que solo se colocase el foco sobre las víctimas de esta organización terrorista. Asimismo, el aforado nacionalista defendió que esta iniciativa es la respuesta a la voluntad del Gobierno Vasco de tener “una paz con memoria”.
Desde la bancada socialista, Rodolfo Ares también defendió los valores que recoge el Instituto de la Memoria y negó que en su puesta en marcha vaya a equipar acontecimientos o víctimas, sino al contrario, ya que, en opinión del veterano parlamentario, este proyecto va a impedir que alguien pretenda “reescribir la historia” de Euskadi y los años en los que el pueblo vasco ha tenido que padecer la violencia.