hong kong - Los manifestantes prodemocráticos y el Gobierno de Hong Kong tensaron ayer su pulso, después de que el presidente del Parlamento anunciase que el jefe del Ejecutivo no dimitirá y mientras los ciudadanos cercan con sus protestas las inmediaciones de los edificios oficiales. El jefe ejecutivo de Hong Kong, Cy Leung Chun-ying, aseguró ayer que no dimitirá del cargo, como exigen los estudiantes que encabezan las protestas democráticas, aunque anunció una iniciativa de diálogo con ellos. Leung dijo en una conferencia de prensa a última hora de la noche que había nombrado a la número dos del gobierno local, Carrie Lam, para que dialogue con representantes de los estudiantes y discuta una reforma constitucional. Sin embargo, luego precisó que ese diálogo sería dentro de los parámetros de la reforma electoral aprobada por las autoridades chinas.

Su comparecencia fue acogida con una mezcla de rechazo y desconfianza por parte de los manifestantes, y la Federación de Estudiantes se apresuró a pedir que el diálogo sea a puerta abierta y delante de los medios de comunicación.

El anuncio de Leung se produjo pocos minutos antes de la medianoche hora local, cuando concluía el plazo dado por los estudiantes para que el responsable del gobierno local abandonara el cargo bajo la amenaza de comenzar a ocupar edificios administrativos.

Pero Leung aseguró que no piensa “ceder a las peticiones de los manifestantes”. “No dimitiré”, afirmó el mandatario hongkonés.

Mientras, en las afueras de la sede del Gobierno de esta región administrativa especial china, centenares de ciudadanos recibían con abucheos las declaraciones de Leung, algunos acusándole de “comprar tiempo y no tomar decisiones”.

La comparecencia de Leung, que estuvo acompañado de Carrie Lam, se produjo al final del quinto día de protestas en favor de una elección realmente democrática del próximo jefe ejecutivo de la ciudad, en 2017, que amenazan con bloquear el centro administrativo y financiero de la ex colonia británica. La intervención de la máxima figura de Hong Kong desactivó buena parte de la tensión acumulada en las últimas horas, con el ultimátum de los estudiantes acercándose a su plazo límite, mientras que las autoridades habían advertido de “serias consecuencias” y de medidas “firmes”, contra posibles actos violentos y un uso “apropiado” de la fuerza si fuera necesario.

El movimiento Occupy Central, uno de los protagonistas del movimiento junto a la Federación de Estudiantes, señaló que la comparecencia de Leung ha permitido a las dos partes “dar un paso atrás” y reducir la tensión, aunque “sigue sin resolver” la cuestión de cómo salir de la actual crisis. La Federación de Estudiantes respondió con una carta a Carrie Lam en la que pidió que el diálogo sea a puerta abierta, “delante del público”, y también recalcó que Cy Leung “ha perdido su integridad y cualquier legitimidad”.

La intervención de Leung fue acogida con abucheos y todo tipo de exclamaciones negativas entre los miles de manifestantes por toda la ciudad, entre ellos varios cientos a las puertas de la sede del gobierno local, que acusaron al jefe ejecutivo de tratar de ganar tiempo y de intentar dividir al movimiento de protesta. Algunos grupos, más desencantados, hicieron amago de cortar algunas vías o autopistas más, pero la mayoría les contuvo con el argumento de que eso era lo que buscaban las autoridades para enviar a la policía. Las protestas, pacíficas y ordenadas, han puesto a la reforma política de Hong Kong en primera fila de la atención mundial, lo que ha incomodado notablemente al Gobierno chino, que ha visto como las fiestas nacionales de estos miércoles y jueves estaban dominadas por los manifestantes de su ciudad del sur. La policía ya ha advertido de que habrá “serias consecuencias” en caso de que los manifestantes intensifiquen su protesta, por lo que no descarta el uso “apropiado” de la fuerza.

Leung, de 60 años y en el cargo desde julio de 2012, es una figura poco apreciada en el territorio, ya que según varios analistas es percibido por la población como simple comparsa de los movimientos políticos de Pekín.

La zona del centro urbano de la ciudad, Admiralty, donde se encuentran las sedes del Gobierno y del Parlamento, continúa siendo el centro de la protesta, si bien el número de manifestantes que pasaron la noche en sus alrededores fue menor al de días anteriores.