Bilbao/Pamplona - No amaina la tormenta interna que zarandea al PSOE tras la decisión de su dirección de votar mañana en el Congreso de los Diputados a favor de la abdicación del rey Juan Carlos. Nuevas voces dentro del socialismo, incluidos algunos precandidatos a secretario general del partido -eso sí, los que tienen menos posibilidades-, reclamaron ayer que el PSOE sea coherente con su orientación, claramente republicana, y valore abstenerse, como harán otros partidos disconformes con la sucesión del jefe del Estado, se posicione en contra o incluso no participe en la votación de la Cámara Baja.

Estas nuevas voces surgen en la víspera de la reunión del grupo del PSOE en el Congreso, que hoy fijará la posición definitiva de los socialistas, que ya han tratado de taponar la vía de agua que diputados como el vasco Odón Elorza, o Federico Buyolo y Guillem García Casulla abrieron las semana pasada al reclamar la libertad de voto. Alfredo Pérez Rubalcaba ha negado tal posibilidad con la intención de abandonar la dirección del PSOE sin que su partido rompa el consenso constitucional que se alcanzó durante la Transición. Habrá que comprobar si Elorza cumple con su advertencia de la semana pasada, cuando anunció que votará "libremente" y "en conciencia" frente al "trágala" de la sucesión automática.

Más duras con la directriz de Ferraz fueron las afirmaciones de Socialismo Democrático, una nueva corriente de opinión en proceso de constitución que considera que un voto afirmativo del PSOE en la ley de abdicación sería "la última señal inequívoca de traición" de los ideales socialistas, basados en el republicanismo. Por este motivo, dicha corriente envió ayer una carta a Eduardo Madina, en su calidad de secretario del grupo parlamentario, acompañada de 150 firmas, en la que pide que transmita "el sentir mayoritario de los socialistas españoles".

José Antonio Pérez Tapia, de la corriente Izquierda Socialista, por ahora el único candidato oficial a dirigir el PSOE, defendió que hay razones para que el PSOE permita la libertad de voto a sus parlamentarios o que incluso se abstenga. Algo más tibio, otro que se dejar querer para la secretaría general del PSOE, el diputado madrileño Pedro Sánchez, que dijo no oponerse a dar libertad de voto, aunque ya adelantó que él votará como manda Ferraz. Eso sí, apostó por "acabar" con la inviolabilidad del monarca.

El que no parece tener muy clara su posición es el Partido Socialista de Navarra. En plena crisis de liderazgo y de apoyo social, recién pasadas unas elecciones nefastas y el anuncio de su líder de abandonar el barco, el PSN afronta una nueva diferencia interna sobre la postura a tomar tras la abdicación del rey. Una falta de rumbo que quedó en evidencia ayer, después de que el grupo parlamentario rechazara una iniciativa que reclamaba el referendum, después de que la pasada semana, el grupo municipal de Pamplona votara a favor de una moción conjunta de contenido similar y propiciara que Pamplona fuera la primera capital de provincia en pedir un referéndum. El grupo parlamentario, en cambio, se alineó con la postura de Madrid, que aunque se autodefinen como republicanos, abogan por mantener la jefatura del Estado como hasta ahora en aras a la estabilidad institucional, aunque dicen estar abiertos al debate político y a a estudiar un cambio pero desde el consenso y afrontado desde la reforma constitucional.

Después de que se evidenciara esta diferencia, la Ejecutiva del PSN se reunió para fijar posición y se decantó por la segunda opción: apuesta por una reforma constitucional como primer paso para poder hablar de cambios en la jefatura del Estado. Es decir, no al referéndum.

Todo esto, tan solo dos semanas después de que Roberto Jiménez se lamentara de las notorias consecuencias que para ellos había tenido acatar todas las órdenes de Madrid y de que el partido anunciara un cambio "para acercarse más a los ciudadanos". "Es una decisión tomada por el grupo parlamentario, no ha habido, que yo sepa, llamada de Madrid", dijo Lizarbe que pidió "sentido común, dentro y fuera" del PSN y justificó el voto a favor de sus compañeros alegando que la moción incluía una enmienda que "relevante" que defendía que la consulta fuera "dentro de la legalidad vigente".