madrid - Como el presidente del Gobierno español, el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, también blandió la reforma de la Constitución como herramienta para encauzar el proceso soberanista catalán. Pero al igual que hizo Mariano Rajoy, arrimó el ascua a sus propios intereses y lo relacionó con su propuesta federalista en vez de vincularlo a la convocatoria de una consulta ciudadana para dar salida al problema catalán.

El jefe de la oposición marcó los límites que su partido no está dispuesto a traspasar, y entre ellos el mojón intocable es el del derecho de autodeterminación que rechazó de plano porque, según señaló desde la tribuna del Congreso, "está concebido para irse" del Estado español. En esta línea, proclamó como declaración de principios del PSOE que "queremos seguir viviendo juntos y decidiendo juntos".

Alfredo Pérez Rubalcaba subrayó que el derecho a la autodeterminación "no figura en ninguna Constitución del mundo", entre otras cosas porque significa "la inestabilidad permanente" y está "concebido para irse". También rechazó la independencia "por razones históricas, culturales, políticas, económicas y también por razones de tamaño".

En su respuesta a los delegados del Parlament que acudieron al Congreso para defender su petición de competencias para poder celebrar la consulta soberanista, Rubalcaba defendió su rechazo a esta posibilidad porque el Estado "no puede transferir una competencia que no tiene". Insistió asimismo en que la Constitución no permite convocar un referéndum autonómico cuyo resultado afecta al conjunto de los españoles.

Autonomía El líder del PSOE defendió que el tema político que existe de fondo en esta petición, ya jurídicamente rechazable, debe llevar a preguntarse si existe un "problema de convivencia" entre Catalunya y el resto de España. Rubalcaba hizo suya una declaración de Rajoy y le dio la razón en que Catalunya cuenta con cuotas "elevadísimas" de autonomía política y administrativa, de las que no había gozado nunca en su historia, pero reconoció que no se puede negar la "frustración estatutaria" entre la sociedad catalana ni la existencia de campañas políticas contra el Estatut, en referencia al PP.

Por su parte, representantes de Avancem, la corriente crítica del Partido Socialista de Catalunya (PSC), lamentaron que el PSOE no haya apostado por que se dialogue "hasta el final" durante el debate celebrado en el Congreso, afirmando que ni populares ni socialistas plantearon soluciones. Fabián Mohedano, suspendido cautelarmente de su participación en la dirección del PSC, valoró positivamente que la Cámara baja y el Parlamento de Catalunya "dialoguen" sobre el proyecto de ley presentado por la Cámara autonómica. Añadió, eso sí, que "negar la realidad y poner argumentos únicamente basados en el amparo de la ley no resuelve el problema. La política está para canalizar las demandas de los ciudadanos, y en este caso ni el Partido Popular ni el PSOE han propuesto soluciones reales".