vitoria - La cascada de criticas por parte de PSE, PP y UPyD por el cese de Txema Urkijo como asesor de Víctimas en la Secretaría de Paz y Convivencia sacó ayer al lehendakari, Iñigo Urkullu, del silencio en el que se había instalado con la convicción de que las explicaciones tanto de Jonan Fernández como del cargo cesado bastaban para aclarar los motivos del relevo. Sin embargo, las críticas directas del propio Urkijo a la política de pacificación y convivencia del lehendakari y la escalada en el tono descalificatorio de los partidos, sobre todo del PSE, con el que se ha esforzado en trabar consensos básicos en esta materia, provocaron ayer la salida a la palestra de Urkullu, quien reiteró el "compromiso absoluto" de su gobierno y el suyo "personal" con las víctimas del terrorismo.

El lehendakari aprovechó su presencia en un evento deportivo en Gasteiz para realizar puntualizaciones a las declaraciones tanto de Txema Urkijo tras su salida de la Secretaría de Paz como de "algunas formaciones políticas" -que no identificó- por las críticas "absolutamente injustas" ante su decisión de relevar a quien ha estado al frente de la política de víctimas de sucesivos gobiernos durante once años.

Txema Urkijo echó en falta el pasado jueves, un día después de hacerse público su cese, "un gesto relevante y notorio" del Gobierno de Iñigo Urkullu para con las víctimas. Por su lado, PSE, PP y UPyD aprovecharon la situación creada para acusar al lehendakari de romper los "consensos" sobre paz con estas formaciones y acercarse a los postulados de la izquierda abertzale. Los socialistas, en concreto, pasaron de lamentar la marcha de Urkijo, cualesquiera que hubieran sido los motivos, a elevar el tono de su crítica al considerar la salida del exasesor como "reflejo de la política equivocada" de Urkullu y también del secretario general del Paz y Convivencia, Jonan Fernández, a quien el secretario de Organización del PSE, Rodolfo Ares, endosó el viernes gran parte de la responsabilidad por lo ocurrido.

Con su respuesta de ayer, el lehendakari evidenció su disgusto, en especial con las insinuaciones de que en este año y medio de mandato apenas se ha interesado por las víctimas y, en concreto, con la acusación de Urkijo de que el actual Ejecutivo "debería haber intensificado su trabajo en el área de las de las víctimas del terrorismo". "Los gestos vienen produciéndose en el trabajo del día a día", argumentó ayer Urkullu, al tiempo que tildó de lamentable" que no se valore el trabajo "más allá de los gestos" que tienen su repercusión en los medios de comunicación, "escenificaciones" que en todo caso "también los habrá", precisó.

Plan de Paz Urkullu defendió el Plan de Paz y Connivencia que ha puesto en marcha su Gobierno, del que penden todas las políticas en esta materia, también la atención a las víctimas del terrorismo, así como el trabajo de la Oficina de Víctimas. "Hemos aprobado un Plan de Paz que contempla 18 incitativas, que son incluyentes, que miran al pasado, al presente y al futuro. Y en esas 18 iniciativas hay un trabajo también por las víctimas del terrorismo que venimos desarrollando en este año de trabajo". "No hay debate sobre el compromiso del Gobierno Vasco para con las víctimas", abundó.

En su crítica también aludió a los intereses partidistas de las formaciones políticas que han relacionado el cese de Txema Urkijo con un presunto viraje del Gobierno Vasco en materia de víctimas. En este sentido, tachó de "verdaderamente lamentable" que haya partidos que "estén utilizando esta cuestión de las víctimas del terrorismo solamente por intereses políticos".

En todo caso, el lehendakari insistió en que su decisión de relevar a Txema Urkijo tiene carácter "administrativo" y estuvo causada "simplemente" por motivos de "discrepancia en la metodología de trabajo y falta de empaste" entre el exasesor y el equipo de la Secretaría de Paz.

Sobre este asunto también se pronunció ayer el portavoz parlamentario del PNV, Joseba Egibar, quien considera que, si Urkijo "hubiera sido coherente", lo que "tenía que haber hecho en el momento que detectó ese distanciamiento" -que él mismo reconoció se remonta al nombramiento de Jonan Fernández- "es cesar él, dimitir" y "no esperar a ser cesado".

En la tertulia de Radio Euskadi de portavoces parlamentarios, los partidos de la oposición mantuvieron sus críticas contra Urkullu, a las que Egibar aseguró que, hasta donde él conoce, "en todos los ámbitos relacionados con las víctimas se está desarrollando un trabajo cuando menos igual, y -explicó- diría que mejor y más eficaz, que con gobiernos anteriores".

el pse lo niega Las palabras del lehendakari dieron paso a un nuevo cruce de declaraciones, en este caso protagonizado por los socialistas, que se sintieron interpelados por la acusación de Urkullu sobre que algunas formaciones utilizan la política sobre víctimas de forma partidista.

Fuentes del PSE consultadas por Efe quisieron precisar que el partido de Patxi López "nunca" ha hecho un uso partidista de la lucha contra el terrorismo, y opinaron que "hasta el momento" los hechos no indican ese compromiso al que aludió el lehendakari. "Esperamos que el Gobierno Vasco ratifique con hechos lo que dice Urkullu y que las prioridades se enfoquen adecuadamente en el final de ETA y su disolución, y no tanto en lo que se ha hecho hasta ahora", insistió el PSE.

víctimas "huérfanas" Por otro lado, una veintena de familiares y víctimas de ETA consideraron ayer a través de un comunicado un "grave error" y un "agravio" el relevo Urkijo, que según explicaron les "deja en cierta manera huérfanos frente a unos nuevos tiempos que deben abordarse con valentía, prudencia y mucha sensibilidad". La nota está firmada entre otros por Maixabel Lasa; las viudas de Jesús María Pedrosa, de José Luis López la Calle y de Xanti Oleaga; familiares de Froilán Elespe; Gorka Landaburu y José Ramón Rekalde; las viudas de José María Lidón y de Tomás Sulibarria, y Patxi Elola. Otros firmantes son la viuda de Enrique Casas y los hijos de Fernando Buesa.