Las últimas actuaciones judiciales, que propiciaron la marcha silenciosa del sábado con la participación del PNV, llevan a Barreda a reprochar el comportamiento de los jeltzales por criticar la operación contra el EPPK, "un aparato que está al servicio de ETA y contribuye a su pervivencia".
igor santamaría
BILBAO. Cualquier relación entre los recientes posicionamientos de los presos y las posteriores actuaciones policiales y judiciales es, a juicio del portavoz del PP de la CAV, una reflexión a beneficio de inventario ya que, lejos de suponer un paso atrás en el proceso de paz, estás últimas contribuyen a la higiene democrática.
¿Que le ha parecido la manifestación conjunta de PNV y Sortu?
Asistimos a un giro radical del PNV que le devuelve al pasado al priorizar los pactos entre nacionalistas, esto es, entre ellos y quien no ha acabado de entrar en la democracia, antes que dar prioridad a los acuerdos entre demócratas para oponer resistencia democrática sobre aquellos que no han acabado de aceptar la legalidad y no han acabado de incorporarse a los modos y las prácticas democráticas. Es una vuelta al pasado, esto es lo singular, la vuelta al Pacto de Estella. El PNV ha roto con su propia trayectoria al acordar esta manifestación con quien no ha roto con la trayectoria de apoyo y pertenencia a ETA durante varias décadas.
¿Les ha sorprendido este movimiento del PNV?
Lo que me sorprende no es que se produzca, sino que el PNV no aprenda de los errores del pasado, buscando alianzas con el mundo radical y comprometa su proyección política y electoral en el País Vasco.
¿Significa esto una ruptura entre el PP y el Gobierno español con el PNV?
Creo que no, lo que supone es una ruptura con la trayectoria más reciente del PNV, con la trayectoria que le ha llevado a una rectificación respecto a los planteamientos del lehendakari Ibarretxe. Es el PNV el que tiene que decidir qué puentes quiere mantener abiertos y qué puentes cerrados. Es una opción en lo que se refiere a su política de alianzas. Vamos a ver si esto lo mantiene en el tiempo o es algo coyuntural. Esto va en la línea de los propósitos de Urkullu en relación con sus planes independentistas, con su forma de avanzar en el autogobierno.
¿No supone un paso atrás en el proceso de normalización la detención de los miembros del EPPK o la prohibición de la manifestación inicial del sábado que derivó en una marcha apoyada hasta por el PNV?
Lo lógico en una democracia es que, existiendo una organización terrorista que no se ha disuelto y que ha controlado siempre a sus reclusos, se trabaje en desmantelar una tras otra las estructuras que están al servicio de la banda. No se trata de que haya menos ETA, sino de alcanzar su disolución incondicional para que en un futuro no pueda condicionar a esta sociedad quien solo ha sembrado dolor, muerte, perjuicio económico y teñido de sangre la imagen de Euskadi ante el mundo.
Parece haberse producido una relación causa-efecto entre el comunicado de los presos, el posterior acto de Durango y estas últimas actuaciones judiciales.
Quien diga eso ignora los plazos de estas operaciones, que no son fruto de la improvisación. Lo cierto es que este último año hemos visto solo operaciones propagandísticas, amén del famoso comunicado, de quienes están encarcelados por crímenes y no por sus ideas, que se ven luchadores por la libertad y están orgullosos de su pasado. Me pareció acertado que el fiscal actuara pidiendo comprobar si la primera marcha era convocada por una formación ilegalizada -Herrira- por ser parte del entramado de ETA. El juez simplemente lo examinó. No hay que olvidar que en la foto de Durango estaban los autores de 300 asesinatos, los que han violado sistemáticamente los derechos humanos. Un terrorista solo deja de serlo el día que se reconoce como tal y ha cumplido su condena.
Desde diversos sectores, incluido Lehendakaritza, se ha denunciado el cariz casi quijotesco de la operación contra el EPPK.
Lo que no es adecuado es que el Gobierno Vasco critique que se desmantele un aparato que está al servicio de una banda terrorista. Eso no lo habíamos visto en muchos años en el PNV. Hubo un error humano que acabó con la dimisión de su responsable y lo que de verdad importa es que ahora mismo hay ocho personas menos sirviendo a los fines de ETA con la cobertura que fuere.
¿Espera algo de un posible comunicado de ETA sobre su desarme?
Su disolución incondicional. De igual modo que no obtuvo nada a cambio del abandono de las armas, que no espere nada porque no tiene legitimidad alguna para reclamar. La ley se le aplicará igual antes o después de disolverse, como a cualquier ciudadano, sin privilegios y sin discriminación.
¿No aprecian una evolución en el mundo de la izquierda abertzale en estos dos años?
Una cosa es llegar a la legalidad en las formas y otra bien distinta es llegar a la democracia. Sortu y esos presos de ETA no han reconocido la ilegitimidad de su trayectoria violenta. Violaron los derechos humanos de decenas de miles de personas durante varias décadas y otros les aplaudieron. Hace falta autenticidad. Por supuesto que el paso de los atentados a una situación sin ellos es un cambio importante, pero esa variación ha sido una victoria de la sociedad y de la democracia. Ellos no lo han hecho de agrado sino porque no tenían más remedio.
¿Qué escenario debe darse para pensar en rectificar la actual política penitenciaria?
En España la política penitenciaria responde a tres pilares: individualizada, conforme a la ley y bajo control judicial. Los terroristas encarcelados por su actividad han pretendido siempre presentarse como colectivo. El alejamiento de presos se hizo en su momento respaldado por un Gobierno español que no era precisamente del PP, y apoyado por el PNV. Si ETA se disuelve habrá cosas que tengan menos sentido pero, insisto, en todo caso el escenario será el de cumplimiento de la ley sin excepciones ni privilegios.
Rajoy estudia medidas para evitar que expresos de ETA puedan ser elegidos como concejales o alcaldes en las próximas municipales.
Se están estudiando reformas legales en esa materia y en relación con las ayudas que reciben los excarcelados, se trata de dificultar a quienes no han renunciado a su trayectoria que accedan a semejantes responsabilidades. No se ha hablado de plazos pero, respetando el Estado de Derecho, haremos lo que legalmente sea posible.
¿Cómo percibe la labor de tejer un consenso desde Lakua respecto a la Ponencia de Paz o el Plan de Paz y Convivencia?
El Gobierno Vasco corre el riesgo de hacer tantos equilibrios que al final podemos toparnos ante un elemento inútil; mientras se empeñe en eso no se asentará una convivencia democrática sin fisuras. La exigencia es para quienes no aceptan un mínimo suelo ético donde coincidamos todos. Todo lo que no pase por ahí será marear la perdiz indefinidamente.
En otras materias, como la presupuestaria, sí que se han conseguido forjar acuerdos.
Se ha garantizado la estabilidad institucional, pero no podemos sembrar incertidumbre los lunes y los jueves tratar de trabajar en la recuperación del empleo. Cuando escucho a Urkullu hablar de Euskadi nación vasca en Europa de cara a 2015 y de planteamientos en la escena catalana o escocesa, me suena a que no ha aprendido gran cosa de la etapa de Ibarretxe que tanto daño hizo a este país.
¿Qué le suscita la ponencia de autogobierno?
Tendrá que aclarar el lehendakari si es para que las instituciones funcionen de manera más eficiente o se trata de ir a un escenario con la independencia como objetivo. Y ya sabemos quién se ha beneficiado de eso en Catalunya, que no es CiU precisamente, o quién lo hizo aquí en la etapa de Ibarretxe. Si es para salir de España y de Europa, no es una utopía, es una quimera que dividirá y enfrentará a los vascos, que es lo que ha logrado Mas.
La consulta catalana ha ahondado en el problema del modelo territorial en el Estado.
La consulta no se celebrará porque es ilegal.
Hay modalidades para plantearla vía, por ejemplo, de elecciones plebiscitarias.
¿Subterfugios? Sí, urnas de cartón puede ponerlas cualquiera pero al final cada convocatoria electoral es para lo que es. Mas solamente quiere enmascarar su incapacidad con una huida hacia delante que recae sobre los ciudadanos. Hay que llegar a consensos como el de 1978 porque un plan de ruptura jamás tendrá aval constitucional.
¿No cabe reformar la Constitución?
Cuando se habla de reformas todos sabemos que únicamente se trata de rupturas y quiebras de convivencia siguiendo o no las reglas del juego. No consiste esto en levantar la persiana una mañana y decir: ¡qué bien, ya somos independientes!
Durao Barroso optó por no mojarse demasiado en su respuesta a la carta de Mas.
Su respuesta ha sido un desplante absoluto. Hay que ser muy voluntarista para leer otra cosa. La escenificación internacional de Mas está hecha para consumo interno.