estambul. Erdogan ha calificado las investigaciones de corrupción de "campaña sucia" y "conspiración internacional" destinada a hundir su Gobierno, algo replicado por los titulares de Interior y Economía en sus despedidas. Pero esta postura parece ya no ser unánime en el seno del Partido Justicia y Desarrollo (AKP), que llegó al poder en 2002, al año de ser fundado tras un cisma en el partido islamista turco.

El exministro de Urbanismo lanzó la primera piedra, al denunciar presiones y sugerir a Erdogan que dimitiese también. El mismo miércoles, uno de los pesos pesados del AKP, Idris Naim Sahin, devolvió su acta de partido, y ayer un diputado crítico con Erdogan aplaudió en la red social Twitter esta "limpieza" en el seno del partido gobernante.

"bandas" Erdogan achacó la investigación a "bandas que actúan bajo el manto de la religión", mientras que el líder islamista Fethullah Gülen desmintió desde EEUU toda relación, pero condenó a quienes "persiguen a los que intentan atrapar al ladrón".

La prensa turca ha presentado el caso bajo el prisma de una lucha de poder entre el AKP y la influyente red del predicador islamista Fethullah Gülen, exiliado en Estados Unidos, pero cuyos seguidores son numerosos en el aparato judicial y en la Policía. Lo que ya parece una lucha sin cuartel desatada en el Poder Judicial, con elementos favorables al Gobierno y otros enfrentados a él, empezó el 17 de diciembre con la detención de medio centenar de personas, de las que 24 siguen en prisión preventiva.

Por su parte, la plataforma Solidaridad con Taksim, que coordinó las protestas de Gezi en junio pasado, convoca hoy viernes en Estambul una manifestación para pedir la dimisión en bloque del Gobierno. Y es que el movimiento que reclama desde este verano la dimisión del Gobierno islamista turco no ha cesado en sus protestas desde entonces. Ahora, con más fuerza si cabe tras las acusacciones de corrupción que pesan sobre el Ejecutivo.