SÍ, señor! Yo de mayor quiero ser intérprete de signos? ¿A ver si después de tanto estudiar, resulta que me he equivocado de profesión? Pues sí, lo mejor de la ceremonia en honor a Mandela fue la aguda interpretación de Mr. Jantjie, quien, ni corto ni perezoso, se inventó los signos como le daba gana. Y lo mejor de todo es que no era la primera vez que traducía al lenguaje de signos en eventos del Congreso Nacional Africano. ¿Cómo ha llegado Jantjie ahí? ¿Quién lo ha contratado? No se sabe y quizás nunca se sabrá. Por eso el país no se sonroja, se muere de risa.

La verdad es que por lo que pude ver en la televisión y lo que he podido leer en la prensa, creo que la actuación de Jantjie ha sido lo más entretenido del funeral de Mandela y, por qué no decirlo, lo más cercano a la realidad africana, al trapicheo, al "yo te doy, tú me das" y al "bah, si total ¿quién se va a enterar?". Normalmente las cosas funcionan así, por lo bajini. Entre amigos. Lo que pasa es que en este caso alguien tuvo un pequeño fallo. Todo el mundo tenía los ojos puestos en Sudáfrica.

Creo que a Mandela no le hubiera gustado una ceremonia tan extremadamente alejada de sus raíces africanas, de su pueblo. Siempre que tuvo la oportunidad demostró su cercanía con la gente de la calle. El funeral del martes estaba pensado para las televisiones mundiales y las audiencias que en Estados Unidos y en Europa seguían con emoción el evento con el kleenex en la mano. Y por eso ha resultado muy frío y lejano para la mayor parte de los sudafricanos que lo que querían era cantar y bailar en honor a Madiba. Horas y horas de una sucesión sosa y aburrida de mandatarios de países que una gran parte del público desconoce. Johannesburgo se convirtió por unas horas en una pasarela de políticos que pretendían sumarse al carro de lo cool junto a Bono (el irlandés, no el manchego) y Naomi Campbell.

En los medios se preguntan ahora de dónde ha salido Jantjie y cómo pudo ser él el elegido para tal evento, mientras que desde el Primer Mundo se mira a África con condescendencia.