EL CAIRO. El Premio Nobel de la Paz, concedido este año a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), que actualmente tiene un equipo en Siria, supone un espaldarazo al desarme químico de este país, que en ningún caso llevará al fin de la guerra, advierten activistas y opositores. "Todos estamos en contra del uso de armas químicas en el mundo, pero este premio no tiene nada que ver con la paz en Siria sino con la destrucción del arsenal químico del régimen", dijo ayer el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahman. El activista recordó que se ha concedido este galardón mientras los choques y la muerte de civiles continúan en el territorio sirio, donde está desplegada desde el pasado 1 de octubre una misión conjunta de la OPAQ y de la ONU.

"Este premio se ha otorgado por razones políticas pero no por la paz", consideró Abderrahman, quien destacó que desde el inicio del conflicto en marzo de 2011 más de 115.000 personas han fallecido en Siria, según los datos de su organización, la mayoría por el uso de armas convencionales. Esta visión contrasta con los argumentos dados ayer por el presidente del Comité Nobel Noruego, Thorbjon Jagland, quien espera que el galardón ayude a resolver el conflicto sirio. "Esto demuestra cómo una organización global y multilateral puede ser el elemento esencial para solucionar una crisis internacional", afirmó.

Los opositores sirios tampoco están muy esperanzados de que el trabajo de la misión de la OPAQ y la ONU contribuya a poner fin al derramamiento de sangre. El responsable de la Coalición Nacional Siria Monzer Akbik, asistente del presidente de este organismo, Ahmed Yarba, cree que el asunto de las armas químicas, aunque importante, es solo un aspecto más de la guerra. A su juicio, la comunidad internacional "debería ser más sensible al sufrimiento del pueblo" y no deberían olvidarse de llevar ante la Justicia a los responsables de crímenes. Más crítico se mostró el portavoz del Ejército Libre Sirio (ELS), coronel Qasem Saadedin, quien expresó su asombro por el Nobel a la OPAQ.

"No me sorprendería que en el futuro se lo dieran a Bachar al Asad -señaló irónico-. Estamos muy molestos con la comunidad internacional, que solo se ha centrado en las armas químicas y se ha olvidado del sufrimiento del pueblo sirio".

denuncian una masacre Mientras tanto, la oposición siria acusó ayer al régimen de Bachar al Asad de matar a 130 hombres en las inmediaciones de Damasco. Al parecer las víctimas fueron abatidas en el pueblo de Al Ziyabiya, en combates que comenzaron hace dos días entre tropas del régimen y rebeldes para controlar los suburbios del sur de Damasco. Según explicó un portavoz del opositor Ejército Libre Sirio, soldados del régimen, la milicia libanesa de Hizbolá y milicianos iraquíes chiitas, mataron unos 130 hombres cerca de la población Al Dhiyabiya. El portavoz llamó a la comunidad internacional a investigar esta "nueva masacre".