MADRID. El equipo médico dirigido por el cirujano Miguel Cabanela intervino en la noche de ayer al rey Juan Carlos de Borbón para reemplazarle la prótesis de la cadera izquierda con el fin de atajar una infección. El monarca, que llegó a las 15.15 horas al centro sanitario Quirón, de carácter privado, dirigió a la entrada al hospital desde su automóvil unas palabras de saludo a los periodistas que aguardaban a la entrada. Luego fue operado bajo anestesia general por Cabanela y su colaborador habitual en la Clínica Mayo de Minesota, el estadounidense Robert Trusdale.

También estuvieron presentes el jefe del Servicio Médico de la Casa Real, Miguel Fernández-Tapia, y el traumatólogo Ángel Villamor, que le implantó el pasado 23 de noviembre en el Hospital San José la prótesis que ahora debe ser extraída debido a la infección. En el quirófano, Cabanela tuvo que decidir si convenía sustituirla en una sola intervención o en dos, la primera para cambiar la prótesis por una temporal, recubierta de antibióticos, y la segunda, al cabo de unas ocho semanas, para implantarle la definitiva.

La vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, y la infanta Elena acudieron al centro hospitalario para seguir de cerca la evolución de la operación, al tiempo que la reina Sofía permanecía también en una de las habitaciones a la espera de que concluyera la intervención. Igualmente, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, que viaja a Nueva York para participar en la asamblea general de la ONU, seguía en contacto con la vicepresidenta cómo marchaba la operación. Este nuevo percance físico del rey Juan Carlos ha reabierto el debate de la abdicación, al margen de la controversia sobre el papel de la monarquía española, y sobre si habría que regular las funciones del príncipe Felipe, algo a lo que están dispuestos tanto el PP como el PSOE.