Vitoria. El PSE ya ha puesto sobre la mesa sus alegaciones al Plan de Paz del Gobierno Vasco. El socialismo insiste en elevar el nivel de exigencia a la izquierda abertzale, y en señalarla como la única formación que se ha ausentado en los históricos consensos en materia de paz por voluntad propia y que seguiría sin asumir esos principios, un análisis que impregna todas y cada una de las páginas del documento. Además, vuelve a poner en valor las declaraciones e iniciativas institucionales aprobadas desde 2003 por el resto de fuerzas, un bagaje que serviría de base para redactar el plan de Lakua sin necesidad de, a su juicio, rebajar el nivel de exigencia a los solos efectos de incorporar a EH Bildu. Pide dejar a un lado los eufemismos, y dejar patente que quien debe dar pasos es la izquierda abertzale y, por extensión, acusa al Gobierno Vasco de haber redactado una propuesta "poco exigente" y "complaciente con las tesis de Batasuna" por hablar de violencia en lugar de "actos terroristas", y de muertes en lugar de "asesinatos".

El partido se expresa con severidad y con escasas concesiones al documento de Jonan Fernández -aunque buena parte de sus objeciones tienen que ver con el uso del lenguaje-, y sus argumentos recuerdan en buena medida a los ya desplegados esta semana para abandonar la Ponencia de Paz por la negativa de EH Bildu a asumir el suelo ético pactado en la anterior legislatura. El PSE, que tradicionalmente ha mostrado un discurso más posibilista, sí sigue apostando, no obstante, por readecuar la política penitenciaria, investigar las torturas y reconocer a todas las víctimas, aunque sin equipararlas.

El secretario de Organización del partido, Rodolfo Ares, fue el encargado de presentar el texto ayer en rueda de prensa pocos días después de que el PSE se apeara de la ponencia. El viraje de los socialistas desconcertó al PNV, que entiende que, aunque la izquierda abertzale no ha avanzado, tampoco ha retrocedido y, por tanto, no habría surgido ningún elemento nuevo que justificara el adiós del PSE. Desde EH Bildu atribuyen su discurso al eventual interés de Patxi López por competir en las primarias del PSOE, en las que podría ganar puntos por mostrarse inflexible con la izquierda abertzale. El PSE, por su parte, exige a EH Bildu que asuma ya el suelo ético, pero el PNV, aunque coincide en mantener el nivel de exigencia, matiza que el acuerdo debe ser el objetivo o destino final de la ponencia, y no el punto de partida o la condición previa. Los socialistas podrían regresar al foro parlamentario si las alegaciones de la coalición abertzale al Plan de Paz asumieran de alguna forma ese suelo. El plazo para presentarlas expirará el viernes, y se prevé que una semana después el Gobierno Vasco haga su primer balance, para aprobar a mediados de noviembre y en Consejo de Gobierno el plan final.

víctimas y presos En su documento, el PSE reclama al Ejecutivo que reformule el plan, y advierte: "Seguiremos siempre dispuestos al diálogo y al consenso, pero nos importa el contenido de los acuerdos y en ningún caso rebajaremos los acuerdos que ya hemos conseguido". El partido recrimina a Lakua que mencione cuatro veces a las víctimas frente a las siete alusiones a los presos y las diecisiete referencias a las torturas, y cree que el proyecto "permite la interpretación de que en Euskadi ha habido un conflicto que ha enfrentado a dos bandos, cuando no ha sido así".

También considera que "incurre en errores tan sangrantes como plantear que la Ertzaintza tiene que asumir un compromiso por la convivencia y los derechos humanos, como si no lo viniera haciendo hasta ahora", y que "es una equivocación" conformarse con pedir el desarme de ETA y no su disolución. En cuanto a las víctimas, rechaza equipararlas porque "hubo víctimas que previamente eligieron ser terroristas y otras, las más, que fueron víctimas sin tener elección", y aspira a recuperar su testimonio en las aulas, cuestión en la que trabaja Lakua para incorporar otros testimonios. Sobre el Instituto de la Memoria, consensuado con el PNV, descarta ubicar su sede en Gernika.