Barack Obama, alertó ayer de que el sueño de Martin Luther King "parece aún más difícil de alcanzar" que hace 50 años, al advertir de que la brecha racial persiste en cuanto a la distribución de la riqueza. "La sombra de la pobreza arroja una sombra sobre nuestra juventud" en muchas comunidades del país, ejemplificó Obama durante un discurso para conmemorar los 50 años de la famosa frase I have a dream (Tengo un sueño) pronunciada por King en la marcha por el empleo y la libertad en Washington.

Además, según el presidente, "la posición de todos los estadounidenses que trabajan, independientemente de su color, se ha erosionado". Obama aseguró que los logros de la Marcha de 1963 pueden hacer olvidar la reivindicación de empleos e igualdad de oportunidades. "Querían tanto justicia como puesto de trabajo", apuntó. "King estaba describiendo el sueño americano", agregó. En este sentido, el mandatario estadounidense explicó que la desigualdad ha crecido en Estados Unidos.

"Durante más de una década los trabajadores estadounidenses de todas las razas han visto estancarse sus salarios e ingresos. A pesar de que los beneficios empresariales se han disparado, así como los pagos a unos pocos afortunados, la desigualdad ha aumentado de manera constante", detalló. Por tanto, a juicio de Obama, la "gran asignatura pendiente" hoy en día es asegurarse de que el sistema económico estadounidense ofrece "una oportunidad justa para la mayoría" y esa tarea "no será fácil".

El mandatario recordó, asimismo, que el desempleo entre los afroamericanos es el doble que entre los blancos y que la comunidad hispana se ve también afectada por esta situación. "Hay que recordar que el avance logrado no es solo cuántos millonarios negros podía haber, sino cómo podía mejorar la vida de la gente, independientemente de su color", sostuvo el presidente.

La marcha en Washington de hace medio siglo "nos enseña que no estamos atrapados por los errores de la historia, que somos dueños de nuestro destino", enfatizó Obama, quien llamó a sus compatriotas a trabajar juntos y a "reavivar las brasas de la empatía". "Sé que el camino será largo, pero sé que podemos llegar", manifestó el presidente, convencido de que la misma "imaginación" que impulsó hace 50 años a Luther King y a todos los que marcharon junto a él está presente en los jóvenes de hoy.

Pese a los retos pendientes, Obama admitió que Estados Unidos "se volvió más libre y justo" gracias a la marcha y a las palabras del dirigente de los derechos civiles.

Ese día "Estados Unidos cambió para ti y para mí", afirmó Obama ante la multitud congregada frente a las escalinatas del monumento a Lincoln en Washington, el mismo lugar donde Martin Luther King pronunció su histórico discurso el 28 de agosto de 1963. Con sus palabras Luther King "dio una voz poderosa" a las esperanzas de millones de personas, según Obama. Pero además de al reverendo, el mandatario estadounidense quiso recordar a "las miles de personas anónimas que nunca aparecerán en los libros de historia". "Tenían muchas razones para estar enfurecidos, pero frente a la violencia se sentaron y resistieron con la fuerza moral de la no violencia. Una vida de injusticias les había enseñado que nada podía quitarles la dignidad que da Dios, que la libertad no es dada, sino que debemos ganarla", sostuvo Obama.

"Por que ellos marcharon hubo derechos civiles, por su marcha hubo derecho al voto, se abrieron las posibilidades de educación para que sus niños pudieran hacer algo más que servir a los demás, por su marcha cambió el Congreso y, más tarde, cambió incluso la Casa Blanca. Por que ellos marcharon América se hizo más libre y más justa, no solo para los negros, también para las mujeres, para los hispanos, para los hombres blancos, para los gais y los heteros, para ti y para mí", explicó el mandatario ante el público congregado. Sin embargo, Obama instó a seguir siendo vigilantes "para asegurar los avances de esta nación". El mandatario recordó a los inmigrantes, que hoy en día sufren la discriminación tanto por el color de su piel como por su situación legal. "Es nuestro reto pendiente", sostuvo. Durante el acto de ayer también hablaron los expresidentes Jimmy Carter y Bill Clinton. El primero consideró "muy improbable" que, sin el sueño de Martin Luther King, él, Clinton u Obama estuvieran celebrando el 50 aniversario de su discurso de 1963 tras llegar a la presidencia de Estados Unidos. "Es muy improbable que ninguno de nosotros tres hubiésemos pasado por la Casa Blanca o estuviésemos en esta plataforma si no fuese por Martin Luther King y su cruzada por los derechos civiles", afirmó Carter. Este destacó el legado de Luther King, con quien compartía su procedencia del sur de Estados Unidos.