Vitoria. Cerca de 70 damnificados por la violencia terrorista se han adherido hasta la fecha a la petición de dimisión de la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo (FVT), Mari Mar Blanco, quien en una entrevista publicada hace dos semanas deseó la muerte del miembro de ETA puesto en libertad debido a su estado de salud, Iosu Uribetxebarria Bolinaga. Las palabras de la exparlamentaria vasca cayeron como un jarro de agua fría en una parte del colectivo al que representa, donde consideran "incompatible" esta actitud con la responsabilidad que entraña liderar la FVT.
El expresidente de la Asociación Catalana de Víctimas de Organización Terroristas y damnificado por el atentado de Hipercor, Roberto Manrique, es el encargado de aglutinar las adhesiones contrarias a la continuidad de la exparlamentaria vasca. Destaca que esta iniciativa surgió después de que una serie de víctimas se pusieran en contacto con él para mostrar su desacuerdo con las palabras explicitadas por Blanco en la entrevista publicada en el periódico El Mundo, donde textualmente señaló: "Interiormente deseo la muerte de Bolinaga".
Manrique defiende su deseo de "que se sepa que hay víctimas que no estamos de acuerdo con la persona que nos está representando ni con sus ideas" y para llevar a cabo esta finalidad recibe cada jornada nuevas adhesiones favorables a la dimisión de Blanco entre las que figuran ya la de la Rosa Lluch, hija del dirigente socialista asesinado por ETA; Pilar Manjón, presidenta de la agrupación de víctimas del 11-M; y de Juan Fructuoso, hermano del primer civil asesinado por ETA en Cataluña, entre otros.
Después del verano El exresponsable de la asociación catalana destaca que el objetivo no es alcanzar un número de adhesiones determinado sino esperar durante un tiempo prudencial -probablemente hasta el final del verano- para comprobar cuánta gente comparte esta inquietud. Como siguiente paso, las adhesiones, junto a una carta en la que se expondrán las críticas a la postura verbalizada por Blanco, se remitirán a la FVT.
Fuentes de este colectivo crítico con las palabras de la exparlamentaria vasca también destacaron que además de las opiniones vertidas en la polémica entrevista, las divergencias con la forma de gestionar la fundación de víctimas "vienen de más atrás". En concreto, critican la falta de accesibilidad de este colectivo hacia la presidenta, a la que, por el contrario, achacan su total predisposición a participar en actos de carácter político.