vitoria. El Gobierno vasco cree que la internacionalización puede ser clave para superar la crisis ya que, mientras se desploma el consumo en el Estado, las empresas de la CAV podrían dar salida a sus productos buscando nuevos mercados en otros países. Además, la proyección de Euskadi como un país moderno podría atraer inversiones extranjeras, y también turistas. Por ello, el Ejecutivo ha dado continuidad a la histórica apuesta del PNV por la internacionalización, y ha dado pasos en esa dirección desde que arrancara la presente legislatura. El lehendakari ha mantenido encuentros bilaterales con embajadores de todo el globo, y también fue invitado por los diplomáticos de la Unión Europea a un almuerzo en Madrid, donde mostraron su interés por la etapa abierta en Euskadi tras el cese de la violencia, y donde Urkullu puso en valor el músculo industrial de la CAV. El 25 de junio, presentaba la marca Basque Country para impulsar la imagen vasca en el exterior, una estrategia de diferenciación con respecto al Estado que podría cobrar mayor sentido después de que la agencia de calificación Standard & Poor's situara la nota de solvencia de las instituciones vascas dos escalones por encima de la de Madrid. Ayer tuvo ocasión de departir con el cuerpo consular representado en la CAV, y de pedir a los diplomáticos que le ayuden a difundir la marca vasca.

En el marco de la tradicional recepción anual, Urkullu conversó en Lehendakaritza con medio centenar de cónsules de países como Alemania, Finlandia, Noruega, Francia, Gran Bretaña, Brasil, Costa de Marfil, Marruecos, Pakistán y Jordania. Al término de la reunión, que duró una hora, el lehendakari pronunció un discurso a favor de la internacionalización. "Nuestro país pretende acoger talento para ampliar la base de conocimiento, atraer proyectos empresariales o captar visitantes internacionales. Queremos que Euskadi se perciba como referente de excelencia", resumió.

En ese sentido, el lehendakari no perdió de vista que Euskadi podría encontrarse ante una oportunidad histórica tras el cese definitivo de ETA. Una vez desaparecida la violencia, que en otros tiempos pudo ahuyentar a algunos inversores, la CAV podría ganar posiciones. La imagen de Euskadi como un país atractivo podría facilitar la implantación de sus empresas en el exterior, y también seducir a los viajeros o a los inversores extranjeros para que volcaran sus fondos en suelo vasco. "Durante décadas, nuestra imagen exterior se ha vinculado al terrorismo de ETA. Y, conforme se aleja, renace con fuerza la realidad de un país acogedor", proclamó.

A pesar de ello, y aunque el Gobierno pretenda redoblar sus esfuerzos en materia de internacionalización, dejó ver que necesita la colaboración de otros agentes, y no solo vascos: Urkullu pidió asistencia a los cónsules, consciente de su papel de mensajeros en el ámbito internacional. "Queremos que nos ayuden a dar a conocer la Euskadi real, abierta y acogedora. Queremos que nos ayuden a consolidar esta nueva etapa de paz y convivencia que tanto hemos deseado y por la que tanto hemos trabajado. Queremos que nos ayuden a conseguir el objetivo que nos une: compartir proyectos para reactivar la economía y lograr nuevas oportunidades en el escenario global", reclamó.

colaborar Los diplomáticos, por su parte, parecieron coger el guante. La decana del cuerpo consular, la venezolana Yolanda Rojas, que tomó la palabra tras el lehendakari, mostró su compromiso de colaboración en nombre de todos sus compañeros. "Estamos aquí para reafirmar esos vínculos. Nuestros países solo aspiran a mejorar cada vez más las relaciones, perfilar mejor nuestro conocimiento mutuo, propiciar las confluencias, y generar las máximas ventajas para un intercambio equitativo bajo la premisa de conseguir un mundo mejor en el que todos tengamos cabida", dijo.

El lehendakari no quiso olvidarse de la vertiente más política y de la vis cultural de la acción exterior. Así, apostó por proyectar a Euskadi en el escenario internacional también para poder participar en la toma de decisiones en ámbitos supranacionales como la Unión Europea, y en materias de su competencia; y abogó por revitalizar la comunidad vasca en el mundo y por fortalecer el vínculo con esa diáspora.