vitoria. Arranca la cuenta atrás de la votación presupuestaria. El Parlamento decidirá el viernes si tumba o da luz verde a la tramitación de las Cuentas de Iñigo Urkullu y, por el momento, el Gobierno no dispone de los apoyos necesarios para sortear la prórroga, aunque aún cuenta con cuatro días de margen para negociar con la oposición la retirada de las enmiendas a la totalidad. Una vez descartado que EH Bildu retire la suya, el Ejecutivo deberá procurarse el voto positivo de PP y UPyD, o las abstenciones de populares y socialistas. En teoría, si pretendiera desactivar la enmienda del PSE, debería revisar al alza el capítulo de ingresos, condición que ha puesto sobre la mesa el socialismo para no tener que respaldar unos Presupuestos tan mediatizados por la escasez de recursos y los consiguientes recortes. Sin embargo, un gesto significativo en un debate estratégico para el PSE como la fiscalidad podría ayudar a reconducir su negativa, y es sobre ese terreno donde aún habría partido que jugar.
Según las fuentes consultadas, los socialistas han mantenido en las últimas semanas una vía de interlocución con Sabin Etxea sobre fiscalidad, lucha contra el fraude, adelgazamiento de la Administración y gestión de los eventuales ingresos extraordinarios que pudieran llegar a las arcas vascas una vez aprobadas las Cuentas. Las conversaciones, desarrolladas a nivel de partido y al margen de la negociación presupuestaria liderada por el Gobierno, habrían acreditado que existe margen para el acuerdo en materia fiscal. Ambas partes se han mostrado dispuestas a dar pasos en la lucha contra el fraude y la elusión, al tiempo que los jeltzales habrían trasladado al PSE que "ningún debate es tabú" para el PNV.
competencias No obstante, más allá de los planteamientos que pueda defender cada una de las partes sobre normas fiscales concretas, lo que ha separado a jeltzales y socialistas en los últimos tiempos ha sido la discrepancia en torno al órgano competente para dirimir a ese respecto. El choque de concepciones volvió a quedar patente en el pleno parlamentario del jueves, donde el PSE pidió que la Cámara vasca sea la sede autorizada para debatir y pactar sobre fiscalidad. Además, logró el respaldo necesario para aprobar su iniciativa. Sin embargo, y según las fuentes consultadas, el socialismo no habría planteado esa reivindicación con tantas urgencias en su negociación con el PNV.
De hecho, aunque no haya renunciado a sus postulados, habría apartado ese debate de las conversaciones, consciente de que, para despojar a las Juntas Generales de sus competencias, sería necesario reformar el Estatuto de Gernika, el Concierto Económico y la Constitución española. Por ello, esa cuestión no podría resolverse de la noche a la mañana, y el socialismo la habría presentado más como una apuesta de futuro que como una condición inmediata, según esas mismas fuentes. El mero hecho de que el PSE haya aparcado esa recurrente iniciativa podría ser más elocuente que los acuerdos a los que hayan llegado ambas partes sobre el fraude o normas fiscales concretas.
Un acercamiento podría contribuir a desactivar la enmienda a la totalidad del socialismo, y no solo porque el debate fiscal sea clave para el PSE: el propio Patxi López olvidaba anteayer el recálculo de ingresos y pasaba a condicionar su apoyo a las Cuentas a forjar acuerdos de calado sobre empleo, fiscalidad, lucha contra el fraude, reforma de la Administración, y políticas sociales. También avalarían esa tesis el interés del socialista en promover la discusión sobre el sistema impositivo -dedicó su intervención en un foro del PSOE en Badajoz a exponer su postura al respecto-, y que el lehendakari Iñigo Urkullu basara en la coordinación contra el fraude y la reforma fiscal buena parte de la propuesta entregada a los grupos para desatascar la negociación presupuestaria.
En cualquier caso, PNV y PSE discrepan en una cuestión de fondo: mientras el Gobierno vasco plantea que el socialismo apruebe sus Presupuestos antes de cerrar esos pactos, el socialismo quiere atar esos acuerdos antes de dar luz verde a las Cuentas. Las conversaciones habrían quedado en una suerte de impasse en las últimas jornadas. Sin embargo, este periódico ya adelantó en su edición del sábado que Sabin Etxea se sumaría esta misma semana a la negociación presupuestaria centrándose en el socialismo, de modo que cabe augurar un nuevo empujón a las conversaciones. Fuentes conocedoras de las negociaciones aseguran que "no están muy lejos del acuerdo".
Sobre el recálculo de ingresos, el Gobierno ha ofrecido al PSE la posibilidad de pactar el destino de los recursos que pudieran llegar en un futuro a la CAV como consecuencia de la flexibilización del objetivo de déficit, o de un mejor comportamiento de la recaudación fiscal. El socialismo no se conforma y pide modificar ya el techo de gasto. Los jeltzales recuerdan que, si se modificaran al alza los Presupuestos, esa corrección "obligaría a cambiar las Cuentas de las diputaciones".
ronda Lakua se adentra en la fase decisiva de la aprobación de las Cuentas y, por el momento, tiene ante sí las enmiendas a la totalidad de EH Bildu, PSE y UPyD. El PP presentará hoy mismo la suya, aunque no con vocación de bloqueo, sino de negociar con el Gobierno. El consejero de Hacienda, Ricardo Gatzagaetxebarria, retomará esta semana sus contactos con la oposición, y no se descarta una intervención de última hora del lehendakari.